Hoy parece más una plaza que una calle merced a las últimas reformas que vivió en 2016 y 2017, cuando se cerró al tráfico —al principio parcialmente— y se le dio su aspecto actual, sin aceras, con bancos y las escalinatas de acceso al Ayuntamiento, por el que recibe el nombre de Capitulares, aunque ha recibido otras menciones: calle de Las Escribanías, de Los Marmolejos, del Ayuntamiento, Joaquín Costa y calle Calvo Sotelo.
A pesar de ser una calle bastante corta (apenas 85 metros), no le faltan elementos interesantes, además de la mencionada Casa Consistorial. De la confluencia con Claudio Marcelo, Diario Córdoba y Rodríguez Marín hasta la que en su día era la Plaza del Salvador o de San Salvador, el espacio donde confluyen las calles San Pablo, Alfaros y Alfonso XIII, esta céntrica vía atesora restos romanos, una de las principales iglesias de la ciudad y hasta un pasadizo, el que conecta con la Huerta de Orive tras las obras que concluyeron hace solo dos meses.
Los orígenes de la calle están vinculados al foro romano de la Colonia Patricia que se constituyó entre el siglo I y II. El templo hexástilo de culto al emperador y los restos del lienzo oeste de la muralla —que se pueden ver en el interior del edificio consistorial— son los principales vestigios que aún se conservan de la época romana.
Parte de los terrenos en los que un día se ubicó el circo romano fueron cedidos en 1241 por el rey Fernando III a la orden de los dominicos que unos años antes, en 1237, iniciaron las obras del convento de San Pablo. Convertido en cárcel durante la ocupación francesa (siglo XIX), fue desamortizado en 1835 y se derribó, quedando en pie solo la iglesia. En la calle se conserva una portada barroca de la misma, con columnas salomónicas y una hornacina con la imagen de San Pablo. Se trata de una obra realizada en mármol en 1706, por los canteros lucentinos Andrés del Pino y Bartolomé de Rojas, por la que se accede a un pequeño compás en cuyo frente se encuentra la iglesia propiamente dicha. En 1904 los Padres Claretianos se hicieron cargo del templo. Su colaboración ha sido fundamental para poder abrir la conexión entre Capitulares y los jardines de Orive, durante cuyas obras se ha hallado una fachada renacentista, que no pertenece a ningún edificio, y una alberca andalusí. Este nuevo pasaje ocupa parte del callejón de Galápago, que da acceso a la sede de la Delegación de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta, que ocupa una casa solariega del siglo XVI, posiblemente segregada del mencionado convento de San Pablo y también declarada BIC, como éste.
Sin embargo, si por algo se conoce la calle es porque en ella se ubica el Ayuntamiento. El edificio actual se inauguró en 1985, siendo alcalde Julio Anguita. El estreno no estuvo exento de cierta polémica porque el alcalde abrió las puertas al pueblo, que entró a tropel en el nuevo edificio. Esta ubicación municipal no es nueva. En 1575 se compró a los señores de Luque unas casas que junto a otras anejas se convirtieron en 1631 en las Casas Capitulares que sufrirían distintas reformas e incluso serían abandonadas ya en pleno siglo XIX tras la aparición de los restos del templo romano. En los años 50 del pasado siglo se propuso la construcción de un nuevo Ayuntamiento acorde con la importancia de la ciudad, una aspiración que se logró en 1985.