Para muchos cordobeses, decir Jesús y María -o Jesús María, como la mayoría de los lugareños la nombran e incluso aparece en los mapas del XIX- es decir la calle de Simago. Este establecimiento comercial, con su reconocible fachada blanca con un dibujo de colmena, ocupaba buena parte de la acera izquierda de esta vía y, aunque hace más de diez años que cerró sus puertas definitivamente (ahora hay un proyecto para recuperar su uso comercial), son muchos los que todavía se refieren a esta calle por el nombre del extinto hipermercado.

Simago se levantó en el solar que un día ocupó el Palacio de los Marqueses de Valdeflores, que más tarde sería sede de Correos, de ahí el nombre de la farmacia de la esquina con la plaza de Las Tendillas y del famoso bar.

La vía, que discurre a lo largo de 175 metros desde la plaza de Las Tendillas, haciendo esquina con la calle Málaga, hasta la esquina de las calles Juan Valera y Ángel de Saavedra, toma su nombre del convento de Jesús y María, fundado en 1538. El cenobio y su iglesia, que se localizaría en la actual ubicación del Teatro Góngora y el hotel Córdoba Centro, subsistió hasta la desamortización de 1836. Allí se instaló entonces una fábrica de tejidos, de la que era propietario Esteban Santaló y Colomer, uno de los socios fundadores del Círculo de la Amistad. Más tarde, el convento sería casa de vecinos y teatro (Moratín) y depósito del Museo Provincial, entre otros usos, hasta que en 1929 se construyó en el solar el cine Góngora, que en 2004 fue adquirido por el Ayuntamiento de Córdoba, que lo remodeló y reabrió en 2011 ya como teatro.

Junto al teatro, uno de los edificios más emblemáticos de la calle es el Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco. En realidad, la entrada del conservatorio se ubica en la calle Juan Valera, pero su fachada lateral da a la calle Jesús y María. Cabe mencionar que el Rafael Orozco es uno de los conservatorios más antiguos de España y de los primeros en obtener del Estado el reconocimiento oficial de sus enseñanzas.

Poco después de la apertura del Cine Góngora, en 1936, abría sus puertas otro de los establecimientos más emblemáticos de esta calle, la heladería David Rico, que aún sigue ofreciendo sus afamados helados. No es este el único local de reconocida fama de la calle. En ella se ubicaron en su día comercios como Modahogar, la floristería Santa Marta, calzados Teyra, el bar Gambrinus o Casa Guerrero y, más recientemente, la librería Luque. Hoy, acoge diversas franquicias además de uno de los establecimientos de Botones Silvia.

Obras

El diseño actual de la calle procede de los años 50 del pasado siglo, cuando se eliminaron varios tacones existentes en la calle, ensanchándola. El primero de estos tacones se ubicaba junto al citado palacio de los Marqueses de Valdeflores y fue eliminado en 1951. Un par de años después se arregló un segundo tacón y en 1954 se eliminaba el que hacía esquina con la calle Juan de Mena, que es junto a la calle Rodríguez Sánchez la única bocacalle de la vía, donde en 1970 se eliminaba el último saliente, a la altura del Conservatorio de Música.

La calle no sufrió grandes cambios hasta la peatonalización de la zona en 2005 creando el llamado eje Tendillas-Mezquita.