EL CALLEJERO

Ronda de Los Tejares, el paseo más comercial

Esta céntrica avenida marca el límite entre el casco histórico y la ciudad moderna

Ronda de Los Tejares

Ronda de Los Tejares / FRANCISCO GONZÁLEZ

Ronda de Los Tejares es, sin duda, una de las avenidas más importantes y emblemáticas de Córdoba y, a pesar del crecimiento de la ciudad, no ha perdido su carácter de arteria principal de tránsito y, por supuesto, comercial.

La avenida actual discurre en paralelo a la antigua muralla por su lado norte. Comienza en la confluencia del final del Paseo de la Victoria e inicio de la avenida de Cervantes y la calle Ciudades de Hiroshima y Nagasaki, terminando en los Jardines de Colón. Tiene como afluentes en su parte norte la avenida del Gran Capitán, pasaje Rumasa, calle Juan López, calle Doce de Octubre, así como, al final, la Acera de Guerrita. En su parte sur, la calle Alonso de Burgos, calle Córdoba de Veracruz, calle Manuel de Sandoval, calle Cruz Conde, calle Caño y la calle Osario.

Orígenes

La Alameda de los Texares no nació, sino que más bien se fue conformando como una vía de paso entre las puertas de la muralla norte, desde lo que hoy es la Puerta de Gallegos hasta la de Osario. De hecho, en la misma aún se conservan algunos vestigios de aquella muralla romana en la sede de Cajasur. De esta forma, la hoy céntrica arteria urbana era, en sus inicios, parte del cinturón de la ciudad histórica, que se baraja que tuvo distintos usos como área de esparcimiento y también, y de ahí su nombre, como acceso a las fincas próximas en donde funcionaban distintos talleres de alfarería.

De hecho, en el mapa realizado por el ingeniero de minas barón de Karvinski y el ingeniero de Puentes y Calzadas Joaquín Rillo en 1811, la Alameda de Texares aparecía como el límite entre el casco histórico y el barrio de los Texares.

Ampliación de la ciudad

La actual fisonomía de la avenida empezó a conformarse en el siglo XIX, cuando se derribó la mayor parte de la muralla para permitir la ampliación de la ciudad. Fue entonces cuando se creó la amplia alameda a cuyos lados empezaron a crecer edificios, entre ellos la plaza de toros, que se inauguraba en 1846 aún con las obras sin terminar. El Ayuntamiento decidió demolerla en 1962 con el objetivo de dar a la vía un mayor uso comercial.

Pero eso sería ya en el siglo XX. Todavía en el XIX, la entonces bautizada como Carrera de Los Tejares vio aparecer, además de los talleres alfareros, varios palacetes con amplios jardines de los que ya no queda ninguno, y también hoteles y pensiones, como el hotel Regina, que se situó donde hoy se ubica el edificio del mismo nombre, situado en la esquina de Ronda de Los Tejares con la calle Córdoba de Veracruz, que fue diseñado por el arquitecto Rafael de la Hoz.

Rápidamente, la vía tomó importancia y se convirtió en un punto neurálgico de la ciudad, lo que pronto puso de manifiesto la necesidad de darle mayor potencial comercial.

Nuevos edificios, nueva vida

Ronda de los Tejares ha recibido varios nombres desde mediados del XIX: calle Beatriz Enríquez, avenida de Canalejas, avenida de Pablo Iglesias o avenida del Generalísimo, hasta que con la llegada de la democracia retomaría su nombre actual. En ella estuvo ubicada en los años 20 la estatua ecuestre del Gran Capitán, que posteriormente se trasladó a Las Tendillas y también hubo un surtidor de gasolina.

En 1958, el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) impulsó la renovación que dio la imagen que todavía hoy se aprecia en la ronda, que no ha dejado de sufrir remodelaciones hasta la actualidad. Fue en la década de los 60 cuando se levantó la sede central de Cajasur, el edificio de Galerías Preciados y el pasaje, el actual edificio de la Tesorería General de la Seguridad Social o la Galería Estudio Jiménez.