EL CALLEJERO

Un patio en una plaza

Del derribo de unas edificaciones surgió esta placita elegante y fresca de indudable sabor cordobés

Plaza de Dr. Emilio Luque. | A.J. GONZÁLEZ

Plaza de Dr. Emilio Luque. | A.J. GONZÁLEZ / LUCÍA ABAD

A escasos metros de la céntrica plaza de Las Tendillas encontramos una pequeña plazuela que desde 1964 está dedicada al Doctor Emilio Luque, cuyo busto preside un espacio que más recuerda a un patio cordobés que a una plazoleta.

Actualmente, en la plaza de forma semicircular convergen la calle peatonal Valdés Leal, la calle Sevilla -que delimita uno de sus lados- y la calle Rodríguez Sánchez, aunque antes de surgir tras el derribo de varias edificaciones de la históricamente conocida como Horno de San Juan, esas calles recibían otros nombres. Valdés Leal era conocida como Abrazamozas o Abrazamosas, la calle Sevilla era De los Leones y Rodríguez Sánchez era nombrada como De los Moros.

Así es como aparecen mencionadas en los primeros planos oficiales de la ciudad: tanto en el plano de los Franceses de 1811 como en el de Dionisio Casañal y Zapatero, de 1884.

Emilio Luque

Aunque la plaza se creó en 1926, mantuvo el nombre de Horno de San Juan hasta que en 1964, con motivo del 25 aniversario del fallecimiento del doctor Emilio Luque Morata, se descubrió el busto en honor del mismo, que desde entonces preside esta placita.

Emilio Luque nació en Córdoba el 2 de marzo de 1876, falleciendo en la capital cordobesa a días de cumplir los 63 años.

Tras culminar sus estudios de Medicina, volvió a la ciudad, donde inició su carrera profesional como médico de la Beneficencia Municipal. En 1903 ingresó en el Hospital de los Agudos y en 1918 abrió junto al doctor Joaquín Altolaguirre el sanatorio La Purísima, el primer establecimiento de medicina privada de Córdoba, que permaneció abierto hasta 1981.

Emilio Luque puso en funcionamiento la Academia de Ciencias Médicas de Córdoba, siendo también el primer presidente del Colegio de Médicos de Córdoba. En 1923 ingresó como académico numerario en la Real Academia de Córdoba. Por todo ello fue nombrado hijo predilecto de Córdoba el 4 de agosto de 1930, y posteriormente el Ayuntamiento dio nombre a una institución benéfica en el barrio del Alcázar Viejo.

Fisonomía

A pesar de ser una plaza de reducidas dimensiones, la de Emilio Luque puede presumir de un encanto especial fruto del equilibrio entre los cinco parterres simétricos respecto a un eje ortogonal a la calle Sevilla, el empedrado del acerado y los bancos de hierro fundido y la farola de inspiración del siglo XIX. Los jardines, a pesar de su pequeña dimensión, presenta una importante vegetación con palmeras (‘trachycarpus’), magnolios, naranjos, setos y yedras.

La plaza está presidida por la escultura dedicada a Emilio Luque, una escultura de bulto redondo, en bronce, que representa al doctor de medio cuerpo, vestido en el ejercicio de su profesión, sobre un pedestal de granito rosa.

La plaza fue remodelada en 2012 con la idea de recuperar su fisonomía inicial. Así se eliminó el carril de asfalto que la rodeaba, se prolongó el espacio central peatonal hasta el límite de las edificaciones, se repuso el pavimento de chino cordobés y se ampliaron las zonas perimetrales, estética que mantiene hasta hoy en día.