Las numerosas salidas extraordinarias de hermandades, tanto en septiembre como en octubre, así como el desarrollo de programas específicos conmemorativos a lo largo de un año (el caso de las hermandades de El Vía Crucis, El Buen Suceso, La Esperanza o El Caído) han llevado a hablar de un Otoño cofrade cordobés en el que, sin embargo, ha brillado particularmente el programa por la coronación canónica de la Virgen de la Paz y Esperanza, en buena parte por culminar una intensa agenda que se vio truncada en 2020 por la pandemia y que ha retrasado un evento cuyos trámites se iniciaron en 2016 y previsto inicialmente para el 11 de octubre de 2020.

Al respecto, y tras numerosos actos en septiembre como el pregón a cargo del canónigo José Juan Jiménez Güeto, la procesión en la que la imagen de la Virgen de la Paz fue trasladada a la Mezquita-Catedral se celebró el 8 de octubre en una cálida jornada tanto de temperatura como de cariño cofrade, una multitudinaria respuesta que sorprendió a la propia organización, y que hizo prever otro tanto para la procesión de regreso a Capuchinos en el día grande de la Coronación, el 15 de octubre.

Tras un triduo preparatorio y numerosos actos más, fue ese 15 de octubre, a las 17.50 horas, cuando el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández impuso a la imagen la corona canónica, convirtiéndose en la vigésimo novena imagen mariana de la diócesis en recibir este reconocimiento.

La Policía Local abrió un expediente ante las quejas por lanzar cohetes de madrugada

La vistosa ceremonia religiosa dio paso a la procesión de retorno de la imagen a Capuchinos, que estuvo plagada de intensos momentos, como en el entorno de la iglesia de Santa Victoria, con cohetes, petalada de flores, cantos de sevillanas del coro Paz y Esperanza, la interpretación del Ave María de Caccini a violín desde un balcón o, más adelante, en Capitulares, con la entrega de la insignia del Ayuntamiento y el tributo de la Hermandad del Rocío en San Pablo.

La procesión, que al final duró nueve horas, también visitó hitos de la historia de la cofradía como la iglesia de San Andrés, donde se fundó, y la casa en la que vivió el imaginero y emblema de la historia cofrade cordobesa Juan Martínez Cerrillo, en Hermanos López Diéguez. La alegría y los momentos emotivos se prolongaron durante el paso de la procesión por los Jardines de la Merced y al entrar en la plaza de Capuchinos, todo ello en una noche impecable en lo cofrade, que, sin embargo, llevó a la Policía Local a abrir un expediente tras recibir numerosas quejas por el lanzamiento de cohetes a las seis de la madrugada, al final del desfile procesional.

ESTRENOS PARA LA CORONACIÓN

Los estrenos fueron muy destacados para la ocasión, y dieron pie a una exposición específica en septiembre, en Diputación, con las piezas a estrenar, comenzando por la propia presea de la Coronación, una obra maestra confeccionada en oro, oro blanco, plata y cristal por Manuel Valera, además de piezas tan relevantes como una diadema, la nueva media luna a los pies de la imagen, o la nueva saya de coronación, obra de Rafael Jódar, vestidor de la Virgen.

Pero las donaciones y el esfuerzo de la hermandad para la coronación no le ha hecho olvidar su obra social, que incluso incrementó ante las urgencias de las sucesivas crisis provocadas por la pandemia, además de incorporar la iniciativa Paz y esperanza para los jóvenes y su dignidad, centrado en la reinserción de jóvenes en riesgo de marginación y exclusión social. •