Con la Plataforma Río Vivo como interlocutora principal con los colectivos ciudadanos, la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía comenzó en septiembre, en principio de forma discreta, una actuación en los Sotos de la Albolafia para su mantenimiento y recuperación con todas las prevenciones y buscando el respeto por las especies autóctonas y el entorno urbano, histórico y monumental, como informaba el 19 de septiembre Diario CÓRDOBA.

Una minuciosa intervención aclarará los Sotos de la Albolafia LA CRÓNICA

No es para menos si se recuerda que el Patrimonio del Casco Histórico de Córdoba no se limita a lo monumental. De hecho, se nos olvida muchas veces que las 21,36 hectáreas de los Sotos de la Albolafia no son solo administrativamente parte del distrito Centro, sino que también están protegidos por la Unesco desde 1994 como parte del área urbana a la que se le extendió la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Más aún, es de uno de los tres monumentos naturales declarados como tales por la Junta de Andalucía en Córdoba y el único de sus características no solo en un área urbana, sino en pleno corazón de una zona monumental e histórica protegida por organismos internacionales. Si a eso se le suma que en la zona nidifican 120 especies distintas de aves acuáticas... ya pueden hacerse una idea de la magnitud y complejidad de la intervención, recordaba recientemente Jorge Luque, jefe del servicio de Espacios Naturales Protegidos de la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y director del proyecto.

COSTE, PLAZO Y CARACTERÍSTICAS

La magnitud y extensión de los trabajos justifican el presupuesto de 416.713,83 euros, todo ello para unos trabajos largamente planificados a ejecutar a lo largo de diez meses, un plazo con todas las salvedades del mundo al depender mucho de la climatología y el caudal del Guadalquivir. De hecho, este proyecto estaba listo para ejecutarse ya en primavera, aunque se esperó a estas fechas para no afectar a la nidificación de gran parte de las citadas 120 especies de aves acuáticas que se reproducen en esta zona durante este periodo.

Respecto a la intervención en sí misma, de entrada, eliminará especies invasoras que amenazan con desvirtuar toda la zona, como son eucaliptos, cañas y hasta palmeras, todo ello en 17 zonas de actuación diferentes con un tratamiento personalizado para las características de cada espacio identificado por los expertos. Así, la eliminación de especies invasoras no se limitará a meras talas y, en el caso de las cañas, estos ejemplares se arrancarán con maquinaria especializada desde sus rizomas (evitando así su regeneración), pero reintegrando la arena de sus raíces al lugar de origen.

Otras actuaciones, y siempre por zonas definidas con un tratamiento singular en cada una, será la poda de árboles autóctonos en altura y la eliminación de arbolado de gran porte y porte mediano, así como el desbroce de matorral para abrir huecos en el sotobosque y favorecer la implantación de otros hábitats como las praderas húmedas.

También el proyecto prevé recuperar los pedregales y limpiará el entorno de edificaciones (Puente Romano, molinos, noria, etcétera), sin llegar a tocar los monumentos, que no son competencia de la Consejería. Por último, se instalaran señales y cartelería informativa en el perímetro de los Sotos de la Albolafia. La Junta ha encargado esta obra a la empresa pública Tragsa, que se financia con fondos europeos y se hace en colaboración con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, responsable del cauce, y el Ayuntamiento, competente en el tramo urbano.

TRES OBJETIVOS BÁSICOS

En resumen, el proyecto persigue tres objetivos básicos: el mencionado de eliminar especies exóticas invasoras, mantener la biodiversidad de especies y hábitats, recuperando lo perdido por la colonización del arbolado y arbustos, y permitir el disfrute y la contemplación del entorno monumental y natural. Queda para el futuro, si se llega a un consenso, la posibilidad de, con una estructura vegetal consolidada, construir senderos por la margen derecha para adentrarse en el monumento natural y disfrutar de su riqueza y del avistamiento de aves.

La última vez que se intervino en este espacio fue en el periodo entre 2013 y 2015 y, como en otras ocasiones, fue polémico al considerarse que había sido excesiva la actuación, mientras que, por otro lado, un sector criticó la escasa eficacia de la intervención. Lo que nadie discutió fue la necesidad que existía de limpiar la zona. Un ejemplo: sin contar con la materia vegetal, en aquella actuación de hace una década se llegaron a retirar dos toneladas y media de basura.