Patrimonio industrial
La central de El Carpio, un ejemplo de diseño con un siglo de vida
Las instalaciones obtuvieron una medalla de oro en una exposición parisina en 1925

La central hidroeléctrica de El Carpio. / Fundación Arquitectura Contemporánea

Las plantas hidroeléctricas son uno de los sistemas más antiguos para obtener energía. En el último cuarto del siglo XIX comenzaron a construirse las primeras centrales en EEUU, aprovechando saltos de agua y las turbinas que ya existían por entonces. A finales de esa misma centuria llegó la energía hidroeléctrica por primera vez a España y desde entonces no se ha detenido el desarrollo de una energía que hoy se considera limpia, dado que emplea como fuente únicamente la energía cinética del agua que cae por gravedad.
Las centrales hidroeléctricas suelen ser instalaciones funcionales sin concesiones a la estética, como por lo general ocurre con cualquier otra planta energética. Sin embargo, no siempre fue así. A comienzos del siglo había interés no sólo por que las centrales hidroeléctricas funcionaran adecuadamente, sino también en que fueran agradables a la vista. Eran símbolos del desarrollo económico de un país. Y así se hizo con una de las primeras instalaciones de este tipo construidas en Córdoba, la que aún opera en El Carpio.
La presa y la central hidroeléctrica de esta localidad cordobesa se construyeron entre 1922 y 1925, por lo que se acaba de cumplir un siglo de su plena entrada en funcionamiento. También en este último año las instalaciones obtuvieron la medalla de Oro en la Exposición Internacional de las Artes Decorativas de París en 1925; mucho después fue declarada Monumento Histórico Artístico en 2003. Todo ello da una idea de la singularidad de este conjunto constructivo que es una muestra más de la arquitectura industrial.
Entre sus características principales sobresale el arco de inspiración andalusí que da entrada a la presa, un elemento totalmente innecesario para el funcionamiento de una central hidroeléctrica pero que embellece el conjunto. Además, el edificio que alberga la maquinaria también fue diseñado con elementos de aire oriental. Una cabeza de elefante ejerce de ménsula (elemento exterior que sobresale de la fachada para sostener cargas) en una de las fachadas, a lo que hay que añadir las cúpulas que adornan el perfil.
La instalación está formada por una presa móvil de gravedad de 6 compuertas de desagüe, 20 m de altura sobre cimientos y 252 m de longitud en coronación, capaz de ofrecer una capacidad total de 18 hm3. El edificio de la central se encuentra equipado con tres grupos generadores equipados con turbinas Francis.
La central hidroeléctrica de El Carpio cuenta con un centro de interpretación de la energía, con material depositado por el Fondo Histórico de la Fundación Endesa.
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