Centenares de personas personas muestran fidelidad a la bandera en Priego

La Carrera de Álvarez de Priego ha acogido este sábado una jura de bandera para personal civil organizada por la Brigada Guzmán el Bueno X, en colaboración con el Consistorio de la localidad. Un acto en el que tomaron parte unas doscientas personas que mostraron públicamente su fidelidad y lealtad a España y sus valores constitucionales mediante el juramento o promesa a su mayor símbolo, la bandera nacional.

Con una puntualidad castrense y un sofocante calor comenzaba a las 19.00 horas la parada militar, que estuvo presidida por Fernando Ruiz Gómez, general jefe de la Brigada Guzmán el Bueno X y comandante militar de Córdoba y Jaén, con la presencia del alcalde de Priego, Juan Ramón Valdivia, ocupando la zona reservada a las autoridades miembros de la corporación municipal, y representantes de instituciones y administraciones públicas de índole provincial, autonómica y estatal.

Jura de bandera civil en Priego de Córdoba

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Así y tras la rendición de honores a la autoridad que presidía la ceremonia, se pasó revista a la unidad en formación, seguida del saludo a los jurandos y asistentes, dándose lectura a la orden que regula el derecho del personal civil a prestar juramento o promesa a la bandera de España.

A continuación, el general jefe de la Brigada X dirigió la toma de juramento, con los participantes pasando de uno en uno frente a la enseña nacional, en un recorrido marcado por el respeto y la solemnidad, donde la mayoría de los jurandos no pudieron ocultar la emoción reflejada en sus rostros.

Expresión libre, pública e individual de lealtad a España

La ceremonia de juramento o promesa, que para el personal civil supone la expresión libre, pública e individual de lealtad a España, en el que se adquiere el compromiso de defender los intereses colectivos, se llevó a cabo ante las enseñas de los regimientos de infantería La Reina 2 y Córdoba 10, pertenecientes a la Brigada X del Ejército de Tierra y con sede en la base de Cerro Muriano.

Posteriormente, y tras la alocución del general Ruiz, tenía lugar uno de los momentos más emotivo del acto, el homenaje a los caídos por España, depositándose una corona de laurel en el monolito ubicado en uno de los extremos de la Carrera de Álvarez, finalizando el acto con el desfile de la fuerza desplazada a Priego, compuesta por la banda de guerra y una compañía de honores, ante las autoridades.