Comienza la siembra del girasol en Córdoba en una campaña marcada por la incertidumbre

Los agricultores cordobeses han comenzado en las últimas semanas a plantar el girasol, un cultivo tradicional en la provincia que en los últimos años ha estado perdiendo superficie en beneficio de otros productos más rentables. La siembra se ha retrasado este año debido a las condiciones climatológicas. 

Habitualmente, el girasol se siembra muy a principios de la primavera (o incluso a finales del invierno), pero en este año las lluvias han impedido lanzar las semillas a su debido tiempo. Cuando el tiempo mejoró los agricultores tuvieron que esperar unos días a que la tierra estuviera en condiciones para poder entrar con la maquinaria y sembrar el cultivo, según explica Antonio Monclova, técnico de Asaja. En estas condiciones, la característica principal de la campaña en la provincia de Córdoba es la «incertidumbre», sostiene. 

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Monclova apunta que «al ser un cultivo de primavera hemos tenido girasoles sembrados antes de las últimas aguas, que nacieron bien pero ahora están un poco peor por la humedad en el suelo. Esas pipas se llevan plantadas 30 o 40 días. Ahora estamos empezando a sembrar el girasol más tardío». Los principales problemas que se encuentran los propietarios de parcelas dedicadas al girasol es la excesiva hierba que ha crecido en los campos debido precisamente a la humedad, lo que provoca que no se dé una siembra «en óptimas condiciones». 

Algunos terrenos estaban tan embarrados que era imposible introducir la maquinaria necesaria para la siembra, por lo que se han retrasado aún más. Según explica el experto de Asaja, habitualmente las semillas de girasol se plantan a partir del 15 de febrero, pero este año hay agricultores que habrán tenido que esperar hasta primeros de mayo. En estos casos los agricultores han optado por variedades de ciclos más cortos, para que cuando llegue el calor previsto en el mes de junio la planta esté más crecida y no le afecten tanto las temperaturas. 

Producción

Aún es pronto, apunta el técnico de Asaja, para predecir la producción del presente ejercicio 2025, dado que puede haber agricultores que decidan plantar girasol a última hora partiendo de parcelas que antes estaban dedicadas a otros cultivos como las leguminosas, que han tenido aún más dificultades para la siembra debido a las lluvias. En abril es tarde, por ejemplo, para plantar el garbanzo, pero para cambiarlo por el girasol son necesarias las preceptivas autorizaciones, apunta Monclova: «Si se hace eso y podemos cambiar el garbanzo por girasol subirá un poco la producción; si no seguirá más o menos igual».

De acuerdo con los datos de Asaja, durante la pasada campaña, la superficie cultivada de girasol en Córdoba se redujo a 23.635 hectáreas, partiendo de las 25.080 hectáreas de la anterior. El descenso en los últimos diez años alcanza el 35%.