El futuro de la actividad vitivinícola

La cooperativa la Unión de Montilla organiza su tradicional vendimia infantil

Participaron más de un centenar de niños de todas las edades

Dos niños remolcan su uva hasta el lagar experimental de La Unión.

Dos niños remolcan su uva hasta el lagar experimental de La Unión. / Juan Pablo Bellido

Juan Pablo Bellido

Juan Pablo Bellido

La Cooperativa Agrícola La Unión, que desde hace años desarrolla la mayor vendimia de toda Andalucía, ha hecho este sábado suyo el refrán popular que proclama aquello de «el arbolito, desde chiquitito». Y, para ello, impulsó una multitudinaria jornada de Vendimia Infantil que, en su segunda edición, logró reunir a más de un centenar de niños y niñas de todas las edades con el objetivo último de inculcar entre los más pequeños el amor por la vitivinicultura y, de este modo, propiciar el necesario relevo generacional en un sector vital para la Campiña Sur Cordobesa.

Aunque la cita arrancaba oficialmente a las 10.00 de la mañana en las modernas instalaciones con las que la cooperativa cuenta en las inmediaciones de la estación de ferrocarril, la jornada arrancó varias horas antes para algunos de sus participantes. Es el caso de los mellizos Daniel y Mario Jiménez González que, con tan solo 29 meses, se levantaron a las 7.00 de la mañana para integrarse en una cuadrilla que cosechaba uvas de la variedad autóctona, la Pedro Ximénez, en un viñedo de Cuesta Blanca, en el corazón mismo de la Sierra de Montilla.

Los hermanos Daniel y Mario Jiménez González, en Cuesta Blanca.

Los hermanos Daniel y Mario Jiménez González, en Cuesta Blanca. / Juan Pablo Bellido

De la cepa a la tolva

Tras llenar sus pequeños remolques de racimos recién arrebatados a sus cepas, los hermanos Jiménez González pusieron rumbo hasta La Unión donde, acompañados por su familia y por el personal de la cooperativa, pesaron el fruto de su cosecha en una báscula para, posteriormente, verter los racimos en una tolva de pequeñas dimensiones, en la que se extrajo el mosto ante los curiosos ojos de los pequeños.

«Difícilmente conseguiremos un relevo generacional tan necesario para el mantenimiento de la vitivinicultura en Montilla si no dejamos que los más jóvenes conozcan nuestras tradiciones y entiendan la importancia de la defensa de los agricultores», afirmó convencido Francisco Fernández, director-gerente de La Unión, quien reiteró el compromiso de la cooperativa por «seguir sembrando entre nuestra juventud la semilla de mantener nuestro patrimonio, el que nos identifica, con una tradición antiquísima del cultivo de la vid y la elaboración de nuestros vinos generosos».

Juan José Cabello retira algunos pámpanos de la pequeña tolva.

Juan José Cabello retira algunos pámpanos de la pequeña tolva. / Juan Pablo Bellido

Por segundo año consecutivo, la entidad vitivinícola montillana –que el pasado 17 de julio dio el pistoletazo de salida a la primera vendimia de la Europa continental– contribuyó a esculpir un destino y a sembrar las semillas de un legado milenario. «Siempre tenemos presente que el cultivo de la vid y la recolección de la uva no son meros oficios, sino que representan, en realidad, el tejido que une el pasado con el futuro, las manos curtidas con las que empiezan a trazar sus propios liños», destacó el responsable de La Unión.

Oler, tocar y escuchar

Como no podía ser de otro modo, la Vendimia Infantil no se limitó a una experiencia educativa, ya que los operarios de la cooperativa invitaron a los más pequeños a oler, a tocar y a escuchar la esencia de la vinificación del mosto, ese líquido dorado que guarda los secretos del fruto y que se decantaba, por arte de magia, tras ser prensado en el lagar experimental, que custodiaba con una sonrisa Juan José Cabello Márquez, vicepresidente de La Unión.

La jornada se acompañó de un desayuno molinero en el que todos los participantes pudieron disfrutar de los extraordinarios aceites de oliva virgen extra de la cooperativa montillana, en los que se fusionan los aromas de la tierra. 

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