De Montilla a París pasando por Estrasburgo: un sueño olímpico hecho realidad

La montillana María Portero Espejo ha hecho este miércoles realidad su sueño olímpico. Y es que esta profesional de 39 años, que reside en París desde 2008, fue seleccionada por el Comité Olímpico Internacional (COI) para portar durante un tramo de 200 metros la antorcha olímpica, uno de los momentos más emblemáticos de cada edición de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.

Antes de encender el pebetero en la ceremonia de apertura, la llama olímpica –que evoca el robo del fuego de los dioses por parte de Prometeo y su posterior entrega a la humanidad– recorre cada cuatro años el país anfitrión de esta cita deportiva universal de la mano de un grupo de portadores que, durante la jornada de este miércoles, cubrieron el tramo entre la ciudad industrial de Mulhouse y Estrasburgo.

«Estoy muy contenta de portar la llama olímpica por los valores que representa el deporte», reconoció María Portero en declaraciones a CÓRDOBA, a la vez que no ocultaba el "orgullo" que había sentido por la carga de simbolismo de la antorcha, que prende desde el mítico pebetero de la ciudad griega de Olimpia y, tras pasar por el estadio Panathinaikó de Atenas, pone rumbo a la ciudad que acoge los Juegos Olímpicos.

Uno de los patrocinadores de los Juegos Olímpicos

Nacida en Montilla el 31 de octubre de 1984, María Portero trabaja como Europe Media Manager para la prestigiosa marca de joyería Chaumet, que forma parte del grupo LVMH, un conglomerado multinacional francés que posee 76 marcas de renombre como Moët & Chandon, Christian Dior, Loewe, Louis Vuitton o Bvlgari, entre otras muchas.

La firma es sponsor premium de los Juegos Olímpicos de París, un patrocinio que incluye no solo el diseño de las medallas olímpicas por parte de Chaumet sino, también, la posibilidad de que un selecto grupo de sus empleados «con espíritu deportivo o valores solidarios» hayan podido portar la llama olímpica. «Presenté mi candidatura, al igual que miles de empleados, y he tenido la gran suerte de ser seleccionada», relataba María Portero, quien ha demostrado a lo largo de su vida unos sólidos valores de fraternidad y de superación personal que la hacen una digna candidata de este honor.

Y tras haber trotado con la llama olímpica en sus manos, y rodeada por un amplio dispositivo de seguridad, María Portero confesó emocionada: «He pensado en Montilla y en mis raíces con mucho orgullo».