No hay que lamentar heridos
Un alud de tierra sepulta los patios de varias viviendas en Montoro
Varias toneladas de barro y piedras se desprendieron de una montaña colindante y los vecinos temen que siga cediendo
![Uno de los patios sepultados por el alud de tierra que se desprendió de una montaña colindante a la vivienda en Montoro.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/2ac3f175-c923-469a-9082-aacd07f5be3e_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Uno de los patios sepultados por el alud de tierra que se desprendió de una montaña colindante a la vivienda en Montoro. / CASAVI
Un alud de tierra desprendida de una montaña colindante cayó sobre varias viviendas de VPO de la calle Cervantes, 94, en Montoro, dejando varias toneladas de barro y piedras sobre el patio de dos de estas casas. El suceso sorprendió a los vecinos sobre las 12.20 de ayer viernes. Aunque no hubo que lamentar daños personales, el susto fue tremendo.
Según cuenta a este periódico una de las afectadas, Isabel García, «esta es la segunda ocasión que sufrimos este desprendimiento sobre nuestras casas, ya que hace 27 años volvió a ocurrir lo mismo». La intensa lluvia ha sido la causante de este aparatoso desprendimiento.
![La tierra se desprendió de la montaña que linda con las viviendas, quedando sepultados los patios de dos casas entre toneladas de barro y piedras.](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/c89c3e4b-76d9-4be7-a9c0-a8a40c78ed67_alta-libre-aspect-ratio_default_0.jpg)
La tierra se desprendió de la montaña que linda con las viviendas, quedando sepultados los patios de dos casas entre toneladas de barro y piedras. / CASAVI
La tierra alcanza uno de los dormitorios
Isabel García, que continúa viviendo en su casa, aunque en la zona más alejada del espacio afectado, añade que «de momento no tengo problemas de inundación, porque aún queda por caer lo más grande», aunque asegura que tuvo que ser intervenida por los sanitarios debido al estado de ansiedad que sufrió, «ya que vivo con una espada de Damocles».
En la vivienda colindante a ella, la tierra ha alcanzado el dormitorio. Estos pisos tienen 39 años y hace meses sufrieron también desprendimientos en los garajes, que tuvieron que inutilizar varios días hasta que se produjo el desescombro.
Aunque las viviendas tenían un proyectado sobre la montaña, al empaparse de agua ha cedido y la tierra ha caído sobre el patio de estas dos casas.
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