misa por el 75 aniversario de la coronación canónica en la plaza nueva

El obispo proclama el patronazgo de la Virgen de Araceli de Lucena en el campo andaluz

Los prelados de Sevilla y Burgos acompañan a Demetrio Fernández y concelebran ante más de 2.000 personas | La imagen vistió el manto blanco que lucía el 2 de mayo de 1948

Diario CÓRDOBA

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La misa solemne por el 75 aniversario de la coronación canónica fortaleció y legitimó el patronazgo en el campo andaluz de la Virgen de Araceli de Lucena. El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, proclamó este sábado reiteradamente durante la homilía, y entre los aplausos de los asistentes, la presencia de este título en la advocación aracelitana, adhiriéndose plenamente a la campaña promovida por la cofradía.

Más de 2.000 personas participaron en la Plaza Nueva, en «el acto central» de la efeméride, como manifestaba, al comienzo de la eucaristía, el hermano mayor de la cofradía mariana, Rafael Ramírez. El prelado Demetrio Fernández presidió la celebración litúrgica, acompañado por los obispos de Sevilla, José Ángel Saiz, y de Burgos, Mario Iceta

Entre las autoridades civiles, resaltaba la comparecencia del ministro de Agricultura, Luis Planas, y el presidente del Parlamento de Andalucía, Jesús Aguirre; aparte del alcalde de la localidad, Juan Pérez, y miembros de la Corporación municipal. Numerosas damas de sucesivos años lucieron mantilla. La Coral Lucentina, dirigida por Juan de Dios Rodríguez, junto a una orquesta de Cámara, interpretó la Misa del Campo Andaluz. La patrona de Lucena, procesionada por la cuadrilla de Felipe Burgos, lucía el manto y la saya blanca, estrenados aquel histórico 2 de mayo de 1948.

El obispo oraba por las vocaciones para que «hagan presente el espíritu evangélico». En el transcurso de una homilía basada en «la defensa de la vida», pedía a la Virgen de Araceli, sobre el trono neogótico, que «nos haga entender lo que significa madre». Y, de nuevo, como patrona del campo andaluz, replicando las palabras de fray Albino en 1955, le rogaba que «venga abundante el agua» y «una vida digna» para quienes trabajan en la agricultura.