RELIGIÓN

Vía directa hacia los altares

El Obispado ha decidido agilizar el proceso de beatificación de sor Ana de la Cruz Ponce de León, condesa de Feria y monja en el convento de Santa Clara de Montilla

Manuel Ruiz Luque, Demetrio Fernández y Elena Bellido, en la sede de la fundación.

Manuel Ruiz Luque, Demetrio Fernández y Elena Bellido, en la sede de la fundación. / JOSÉ ANTONIO AGUILAR

Juan Pablo Bellido

Juan Pablo Bellido

El Obispado de Córdoba ha decidido agilizar el proceso de beatificación de sor Ana de la Cruz Ponce de León, condesa de Feria y, posteriormente, monja en el convento de Santa Clara de Montilla. El titular de la diócesis, Demetrio Fernández, se ha constituido en actor ex officio de la «causa sobre las virtudes y continuación de la fama de virtudes y de signos» de esta venerable religiosa que nació en la localidad sevillana de Marchena el 3 de mayo de 1527 y murió en Montilla el 26 de abril de 1601.

De este modo, la figura de la religiosa recobra actualidad después de que el obispo confirmara durante la ceremonia de clausura del Año Jubilar Avilista que la diócesis de Córdoba había iniciado el proceso de beatificación de Ana de la Cruz por su estrecha vinculación con San Juan de Ávila. 

«Los santos van siempre en pelotón y llevan consigo personas en torno a ellos como un remolino de santidad y son modelos para los cristianos de hoy y de siempre; este es el caso de San Juan de Ávila y Ana de la Cruz», destacó Demetrio Fernández.

«Cuando falleció sor Ana de la Cruz Ponce de León, ya gozaba de una reconocida virtud y santidad que fueron cimentándose durante los más de 45 años que vivió en el convento de Santa Clara», explicó Elena Bellido, directora de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque, entidad que atesora un gran número de documentos en torno a la figura de la religiosa.

Tras la muerte de sor Ana de la Cruz Ponce de León, su nieto, Pedro Fernández de Córdoba, cuarto marqués de Priego, encargó a Martín de Roa la redacción de una biografía destinada a reconocer sus virtudes. Fue así como surgió la Vida de Doña Ana Ponce de León, condesa de Feria, impresa en los talleres de la viuda de Andrés Barrera de la capital cordobesa, en el año 1604.

«La biografía se encuentra estructurada en cuatro libros, subdivididos a su vez en diferentes capítulos, a través de los cuales, Martín de Roa entreteje las vivencias religiosas que abraza Ana Ponce de León y avisándonos de que, desde su niñez, ya estaba predestinada a la entrega divina», explica Elena Bellido, quien subraya que la obra «permite conocer el ejemplar matrimonio de la noble marchenera con el conde de Feria, al que encumbra como paradigma del ideal de caballero cristiano».

Sin duda, esta obra servirá de testimonio durante el proceso de beatificación que ha abierto el Obispado de Córdoba pues, como recuerda Elena Bellido, «fueron innumerables los indicios que Martín de Roa advirtió en sor Ana de la Cruz Ponce de León para impulsar abiertamente su fama de santidad».

«Martín de Roa nos introduce en la vida de la protagonista desde una dimensión que está plenamente imbuida del espíritu contrarreformista del momento, advirtiéndose un discurso panegírico que enaltece las virtudes pías de la noble religiosa», subraya la directora de la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque de Montilla, quien destaca el papel «predominante» que jugó en la elaboración de esta biografía el testimonio de San Juan de Ávila, confesor de la condesa. 

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