Tradición

La Candelaria reúne a los fieles en el santuario de Cabra en la primera romería del año

La imagen del Divino Niño procesiona tras la bendición de las candelas

Procesión del Divino Niño por los alrededores del santuario.

Procesión del Divino Niño por los alrededores del santuario. / MORENO

José Moreno

José Moreno

El santuario de María Santísima de la Sierra, patrona de Cabra, ha vivido en el mediodía de este domingo 111ª edición de la romería de la Candelaria.

Esta, organizada por la Real Archicofradía, ha reunido un año más a un buen número de fieles, que han acudido al santuario para participar en la primera romería del año y la más antigua de las que se celebran en el Picacho. En esta ocasión, la imagen de la patrona de Cabra lució un antiguo manto de tejido de seda, oro y plata con motivos florales, en tanto que la del Divino Niño Jesús llevó un traje de cristianar, también antiguo, donado por Ana Aranda López, devota residente en Alicante.

El aderezo se completó, entre otras joyas, con el peto y el rostrillo de oro y esmeraldas de finales del siglo XVIII y la corona regalada el pasado año por la parroquia de San Francisco y San Rodrigo, portando la imagen serrana para la celebración un ramillete de romero y un cirio artesanal.

En cuanto al altar, se ha estrenado un pequeño dosel con bambalina bordada para la imagen del Divino Niño, que cumplirá igualmente la función de manifestador para la exposición del Santísimo.

La romería comenzó al concluir la misa a eso de las 12.00 horas, oficiada por el rector del santuario, Emiliano Nguema, con la compañía musical por la Schola Cantorum Egabrense y el Coro Emaús, y fue protagonizada bajo un cielo despejado por la imagen del Divino Niño, que fue procesionada por los alrededores del santuario. Antes fue la bendición de las candelas, donde los asistentes tuvieron de nuevo una vez más la ocasión de participar en el besamanos de la pequeña talla y, de igual forma, de la clásica ofrenda del aguinaldo y la rifa de todas las ofrendas de tortas, panes, roscas y la pareja de pichones, ataviados como siempre para la ocasión.