Maribel era una periodista pura. De aquellas que amaban esta profesión tan bonita pero a veces tan complicada. Tenía una pluma exquisita y una sensibilidad especial para contar historias.

Hoy, sin quererlo, ella se ha convertido en noticia... Pero qué noticia. No podría haber peor titular ni más injusto. Porque hoy Maribel se ha marchado, y lo ha hecho demasiado pronto.

Nos ha dejado huérfanos de ese modo tan particular de narrar sus vivencias en Villaharta, de ese trabajo incansable en Diario CÓRDOBA, de aquella silenciosa labor en el Colegio de Enfermería y de tantas y tantas cosas que le quedaban por hacer y contar.

Pero también nos ha dejado un gran legado. El de su alegría, el de la pasión por su familia y el de su inquebrantable fe en salir adelante.

Juntos compartimos carrera, profesión, congresos y otras muchas experiencias. Bromeábamos siempre por ser los primeros periodistas del pueblo y proyectábamos cómo preservar su memoria colectiva.

No contaba con que ella pasara a formar parte tan pronto de la misma. "Siempre se van los mejores", dicen, y en este caso es una realidad, porque había en ella unos enormes valores personales y profesionales que era fácil de percibir.

La verdad es que ojalá nunca hubiera tenido que escribir esto para volver a encontrarnos en la plaza para debatir sobre periodismo, para volver a compartir mil y una anécdotas... Pero aunque no termine de creérmelo, ya no será así.

Porque amiga, hoy te despedimos sin saber aún muy bien cómo hacerlo. Porque son muchas las noticias que he escrito, pero ninguna tan difícil como ésta.

Solo puedo darte las gracias por lo compartido y enviar mi más cálido abrazo a tu familia y a todas las personas que te quieren, que son muchas.

Descansa en paz, Maribel.