Unas 50 familias vertebran actualmente la asociación Diabetes Lucena, constituida en el año 2017 y que, en solo un lustro, atravesado por una pandemia, ha descollado por su dinamismo y versatilidad. Los miembros totales se contarían por varias decenas más.

Alojada en el Edificio Sueño Andaluz, que se localiza en la calle Ronda Paseo Viejo, en la zona noreste del casco urbano, conjuga una actividad ordinaria e imprescindible para niños y adultos con un enérgico programa anexionado al Día Mundial de la Diabetes, que se celebra cada 14 de noviembre. En estos momentos, según detalla María del Mar Reyes, presidenta de una junta directiva de 11 componentes, en su mayoría mujeres, entre los propósitos de este colectivo prevalecen la reanudación de una escuela de formación, especialmente requerida por los pacientes de una diabetes tipo 2, porque «somos formadores de la Escuela Andaluza de Salud Pública».

Diabetes Lucena, a través de su presidenta, reclama «más apoyo a los centros de salud, con los que ya estamos en conversaciones» a fin de reiniciar este recurso diferenciador.

La relevancia de la formación y de su adaptación a «cada perfil diabético» ha sobresalido en esta campaña, desplegada en el territorio nacional y compartida entre los diferentes colectivos que abordan esta enfermedad.

Una sesión de vídeo a los alumnos de un centro educativo de la localidad.

Simultáneamente a la distribución de información, dirigida a la concienciación, este colectivo ha practicado decenas de controles glucémicos en sus mesas informativas a lo largo de noviembre y ha visitado, junto a la Fundación Diabetes Cero, los colegios de Educación Infantil y Primaria Virgen de Araceli, Barahona de Soto y Nuestra Señora del Carmen, donde se han sucedido las sesiones de proyección de contenidos audiovisuales. A los alumnos «se les han repartido pulseras solidarias y globos azules», indica María del Mar Reyes. En los centros educativos, los escolares han contemplado vídeos que explican la diabetes tipo 1, más frecuente en niños y jóvenes, y «que puede ser genética». En estas casuísticas, «el páncreas deja de funcionar» y resulta indispensable la insulina externa, además de los controles constantes, de día y de noche, con sensores y tomas capilares.

Un desayuno saludable iniciaba la jornada del sábado 12 en el salón de los espejos del Círculo Lucentino. Seguidamente, la enfermera María de los Ángeles Núñez, estudiante también de doctorado en la Universidad de Sevilla, impartía la conferencia Vivir con diabetes. El sueño, el consumo de alcohol, el trabajo, la conducción, los tatuajes y las relaciones sexuales, y sus complicaciones especiales en los enfermos de diabetes fueron algunos de los temas que se analizaron.

El propio día 14, durante la tarde, en la Plaza Nueva, la asociación continuó con su labor didáctica hacia los niños, con la invitación a conocer los niveles de glucosa en sangre y la entrega de regalos donados por La Caixa.

Acerca de las diferentes realidades, María del Mar Reyes detalla que los pacientes tipo 2, usuarios afectados por el sobrepeso, la vida sedentaria o las edades avanzadas, «se sienten peor atendidos». En algunos casos, la corrección de la alimentación y el incremento del ejercicio físico moderan las dificultades ocasionadas por un páncreas que «no funciona al 100% y, al hacerlo al 70 u 80%, no genera toda la insulina que el organismo necesita». Otras veces, los facultativos prescriben alguna medicación complementaria.

El Círculo Lucentino acogió distintas ponencias y una jornada de concienciación.

El centro de salud de Lucena mantiene un registro de unos 3.000 pacientes diabéticos tipo 2 en el municipio, dado que los registros de tipo 1 de diabetes únicamente constan en los centros hospitalarios, tanto en la comarca, dentro del Hospital Infanta Margarita, de Cabra, como en otros recintos sanitarios de Córdoba o Málaga. De otro lado, en los centros educativos hay conocimiento de unos 50 niños con diabetes tipo 1.

Esta asociación, que organiza otras jornadas en primavera y en el transcurso del año se implica en actos culturales y sociales, como en el festival de la escuela de danza de Araceli Hidalgo, también atiende a las familias «en el momento muy difícil del debut» de los niños, unos instantes que precisan de una especial dedicación porque encierra la detección inicial de la futura convivencia con la diabetes de menores, frecuentemente, de solo unos años.

Otra misión cotidiana consiste en una permanente presencia en redes sociales y en la difusión de sus servicios mediante diferentes vías de difusión.

En las dependencias de la asociación, habitualmente, las voluntarias acogen y asisten «a socios y no socios que requieren de ayuda en cualquier momento». María del Mar Reyes remarca la importancia de «acercarnos o que se acerquen a nosotros» los pacientes diagnosticados con el tipo 2 de diabetes ya que «en las familias que hay niños, parece que nos sensibilizamos más» y, en cambio, «con las personas mayores» es más difícil «el movimiento asociativo» y el acceso al contacto con estos colectivos.

Al igual que Diabetes Lucena pertenece a la Federación Española de colectivos homólogos, también explora la conexión con otras asociaciones del sur de Córdoba, algunas de ellas paralizadas desde la eclosión de la crisis sanitaria del covid-19.

Desde una concepción de solidaridad recíproca, Diabetes Lucena entregará a la Fundación Diabetes Cero la cantidad de 655 euros. Este dinero procede de la venta de los calendarios confeccionados a comienzos de año por el gimnasio Hermes Gym. Esta entidad deportiva, que integra en su nómina a varias personas con diabetes, consiguió la distribución de 400 unidades. Precisamente, Hermes Gym y Diabetes Lucena se han unido de nuevo en la carrera de obstáculos Huracan Race 2022, insertada en el calendario nacional.