Todo está preparado en el Museo Arqueológico Municipal de Cabra para que, desde este jueves 17 de noviembre y a lo largo de dos meses, los egabrenses puedan conocer de cerca el bulto escultórico del dios Mitra, que regresa a la ciudad donde apareció hace siete décadas en el yacimiento arqueológico romano al que da nombre en el paraje natural de la Fuente de las Piedras.

La pieza, que ha sido prestada temporalmente por el Museo Arqueológico Provincial al egabrense, cuando también se cumplen 50 años de la primera excavación del yacimiento, se encuentra ya dispuesta en una nueva sala del museo al que ha llegado a lo largo de la mañana de este miércoles para ser "expuesta temporalmente en Cabra al ser un hecho de gran relevancia en la historia de esta ciudad en la exposición Mihtra y el crepúsculo de los dioses en Hispania hasta el 25 de enero del 2023", según ha informado la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte.

Una efeméride para la que la Junta de Andalucía participará el próximo mes de diciembre en las Jornadas Mitraicas de Cabra mediante una conferencia del director del Museo Arqueológico Municipal de Cabra, Antonio Moreno Rosa, en el Museo Arqueológico de Córdoba en la que se tratará el descubrimiento de la villa de la Fuente de las Piedras, las excavaciones antiguas y los trabajos actuales para poner en valor y hacer visitable este yacimiento.

Además el próximo mes de enero, la directora del Museo Arqueológico de Córdoba, María Dolores Baena, impartirá una conferencia en el Museo Arqueológico de Cabra sobre las circunstancias del hallazgo de la escultura de Mitra y el porqué de que forme parte de la colección estable de este museo de titularidad estatal gestionado por la Junta de Andalucía.

La escultura del Mitra Tauroktonos está fechada en la segunda mitad del siglo II d.C. y se trata de un ejemplar excepcional por su talla y por ser de bulto redondo, siendo la única figura completa y en bulto redondo conocida en la Península Ibérica. Tiene 93 cm de alto, 35 cm de ancho y 96 cm de largo.

La figura representa al dios con el atuendo oriental común, al modo persa: pantalones largos ceñidos en los tobillos, túnica corta, clámide atada al cuello y gorro frigio. El joven somete al toro sujetándolo por el morro mientras hunde la daga en su cuello y gira la cabeza para mirar al Sol. De la sangre purificadora que brota del toro bebe el perro, fiel amigo de Mithra, que guarda el alma. La serpiente a los pies de Mitra produce las plantas y el alacrán devora sus testículos de los que nacen los animales y las personas.

Su hallazgo se sitúa en una zona de la villa romana y se relaciona con la existencia de un mitreo o lugar donde podían celebrarse diversos actos relacionados con el culto a este dios, en los que la violencia física jugaba un papel muy destacado, considerándola un medio adecuado para curtir al individuo y estimular su capacidad de resistencia física y moral.