Diario Córdoba

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Escapadas para cualquier momento

Diez planes para descubrir los pueblos de Córdoba

La provincia ofrece tan variada oferta turística que abarca desde el legado patrimonial e histórico de todas las civilizaciones hasta un medio natural de enorme valor

Participantes en una de las visitas al castillo de Belalcázar. Rafa Sánchez

Cada vez que se habla de turismo en Córdoba se suele poner especial énfasis en la diversidad de la oferta que atesora la provincia, que reúne en su territorio propuestas para todos los gustos que puedan existir en cuanto a turismo de interior se refiere. Siempre se destaca como locomotora la ciudad de Córdoba y sus cuatro declaraciones de Patrimonio de la Humanidad, con la Mezquita-Catedral como buque insignia.  

Si el visitante decide dejar atrás la ciudad y conocer el entorno rural, en cualquiera de los 76 municipios restantes que componen la provincia hay singularidades dignas de disfrutar. Así, existen en Córdoba propuestas que recorren todas y cada una las etapas de la historia de su territorio, que han dejado un legado patrimonial de incalculable valor, pero también hay sugerentes reclamos medioambientales inigualables. Todo ello hace del mapa de la provincia un territorio propicio para perderse en periodos festivos como el puente de Todos los Santos o los de la Constitución y la Inmaculada de diciembre, que están ya cerca. 

Posadas, Puente Genil y Baena: historia del Calcolítico a Roma

Una de las facetas en las que más propuestas tiene la provincia de Córdoba es la de patrimonio histórico, del que existe testimonio de todos los periodos, incluida la Prehistoria. Son varias las cuevas que existen y atestiguan lo remotos que son los orígenes de los pobladores cordobeses. Ejemplo de ello son la Cueva de los Murciélagos en Zuheros, la del yeso en Baena o la del Ángel en Lucena, cuyos hallazgos están aportando importantes sorpresas. Pero también hay huellas visibles de la Prehistoria cordobesa en superficie. De ellas se puede destacar el conjunto dolménico de Posadas. Ubicado en el parque periurbano de la Sierrezuela y hallado en el año 1991. En él se pueden ver dos enterramientos de la época calcolítica puestos ya en valor a cuyo alrededor se levanta lo que pretende ser la reconstrucción de los distintos alojamientos humanos en sus primeras manifestaciones culturales.

Imagen de uno de los dólmenes calcolíticos de la Sierrezuela de Posadas. Rafael Valenzuela

Pero quizás la etapa que, junto a la musulmana, mayor huella ha dejado en Córdoba es la romana. Son varias las visitas que se pueden proponer, que van desde Almedinilla, con la Villa del Ruedo, hasta Fuente Obejuna, donde se excava actualmente lo que fue la ciudad de Mellaria, pero por su singularidad y la calidad de sus vestigios, se puede sugerir una parada en Puente Genil para descubrir la villa romana de Fuente Álamo. Allí se podrá ver el único mosaico romano documentado en el que los personajes dialogan entre sí. Además, existen restos de viviendas, necrópolis y otros elementos que permiten al visitante acercarse a las formas de vida de la antigüedad. El espacio se presta a visitas tanto individuales, como colectivas y de escolares.

No menos llamativa es la del yacimiento de Torreparedones, a mitad de camino entre Baena y Castro del Río, se deja ver como la Pompeya cordobesa, pues no deja de aportar novedades a medida que avanzan los trabajos de investigación. Foro, teatro, palacios, termas, viales y restos escultóricos jalonan un recorrido que dejará constancia de la importancia de un enclave por el que pasaron tartesios e iberos antes que los romanos.

Priego, Lucena y Peñarroya: singularidades urbanísticas y esplendor del pasado

De todo el devenir histórico de los pueblos cordobeses es un fiel reflejo su configuración urbanística actual, que se ha ido desarrollando a partir de lo ya pasado y ofrece estampas de lo más variopintas. Especialmente recomendable es la visita al Barrio de la Villa de Priego, que ofrece un ramillete de retorcidas callejuelas moteadas de macetas que recuerdan, por coincidencia de orígenes, a la Judería cordobesa. Su recorrido nos llevará al espectacular balcón del Adarve, falla del terreno que deja ante los ojos del visitante extensas vistas de la Subbética. A pocos kilómetros de Priego se puede uno adentrar en las tres culturas que hicieron de Córdoba un lugar de convivencia como es Lucena. En la localidad aracelitana se convierten en un atractivo especial sus constantes recuerdos judíos. Llamada no en vano la Perla de Sefarad, brinda a los amantes de la historia la posibilidad de visitar su necrópolis o el barrio judío con diversos edificios y palacios que la hacen merecedora de pertenecer a la Ruta de las Juderías.

Una de las calles del entramado del Barrio de la Villa de Priego. Rafael Cobo

De época bien distinta, pero también como reflejo de lo que fue el momento de mayor gloria de una zona que hizo de la minería su motor de desarrollo, nos encontramos con el Cerco Industrial de Peñarroya-Pueblonuevo. Este espacio fue la zona con mayor implantación del negocio de la prospección y que hizo de la localidad del Guadiato y de toda la comarca el punto cordobés de mayor desarrollo económico y cultural de Córdoba a finales del siglo XIX y principios del XX. El almacén central es el punto clave de un espacio que fue declarado como Bien de Interés Cultural en el año 2018. De la misma época quedan ejemplos arquitectónicos de clara influencia francesa.

Belalcázar y Almodóvar: castillos del Medievo y sus fortalezas

De la Edad Media son también abundantes los «recuerdos» que posee la provincia de Córdoba y de ellos son ejemplo las numerosas fortalezas que trufan el mapa cordobés por sus cuatro puntos cardinales. Quizás por su majestuosidad, y por ser visitables ambos, convendría recomendar el de Belalcázar, de la familia de los Sotomayor y Zúñiga, y el de Almodóvar del Río o de la Floresta. El primero pertenece a la Junta de Andalucía y el segundo es de titularidad privada. La fortaleza de los Zúñiga es considerada la más alta de la geografía española. La Junta está llevando a cabo importantes trabajos de restauración y rehabilitación en un emblemático recinto fortificado que es la atalaya desde la que se vislumbran tierras andaluzas y extremeñas, merced a su espectacular torre del homenaje.

Una de las actividades desarrolladas en Torreparedones. Mariluz Ariza

No menos espectacular es el de Almodóvar del Río, posiblemente uno de los mejor conservados de España, merced a la restauración integral que llevó a cabo el marqués de la Motilla a principios del siglo XX, que ha convertido el recinto en uno de los lugares más visitados de la provincia y le ha convertido en plató de rodajes de producciones multinacionales.

Cardeña-Montoro: el placer del aire libre

Además del variado legado patrimonial de la provincia, su otra gran baza, junto a la gastronomía y el folklore, es el entorno natural. Varios parques naturales ocupan diversos territorios de Córdoba, Subbética y Hornachuelos son ejemplos de ello.

Imagen de uno de los parajes que se pueden ver en Cardeña-Montoro. R. Arenas

El de Cardeña y Montoro, que une las comarcas del Alto Guadalquivir con Los Pedroches, además de ofrecer infinidad de rutas senderistas para todas las edades y destrezas, cuenta a lo largo de sus 38.449 hectáreas de superficie con gran cantidad de alojamientos inmersos en un ecosistema singular como es la dehesa y la sierra, en la que además abundan los cauces fluviales, destacando el río Yeguas. La fauna autóctona también es digna de mención. Especies como el ciervo, el jabalí, el conejo o el lince ibérico forman parte de su catálogo.

Villanueva de Córdoba: patrimonio bélico y presencia de la memoria

La Guerra Civil también dejó una huella importante en la provincia de Córdoba. En prácticamente todos los pueblos existen lugares marcados por tan nefasto acontecimiento que ahora se están empezando a recuperar. En el caso de Villanueva de Córdoba, existe un lugar distinto, pues su fin era el de proteger a la ciudadanía de los ataque aéreos.

Refugio antiaéreo de Villanueva de Córdoba. Rafa Sánchez

Así, el refugio antibombardeos es una original propuesta de visita para quienes quieran descubrir más detalles de cómo la ciudadanía intentó sobrevivir a tan desagradables momentos. El refugio antiaéreo de Villanueva de Córdoba se encuentra en la planta baja la plaza de España de la localidad. Este refugio antiaéreo es el mejor conservado de la provincia, un espacio recuperado ahora para actividades municipales y para que ese episodio oscuro de la historia no quede en el olvido.

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