El Cerco Industrial de Peñarroya-Pueblonuevo, Bien de Interés Cultural (BIC) andaluz desde 2018, fue el mayor centro minero mundial durante las primeras décadas del siglo XX, aunque hoy día el deterioro, la contaminación del terreno y la burocracia administrativa impiden la recuperación de su dimensión para uso ciudadano.

Hace diez años el Ayuntamiento adquirió la titularidad del cerco y se están realizando «diferentes rehabilitaciones y proyectos», como la recuperación del antiguo almacén, aunque para actuar «de verdad» y dotar de vida a la zona «es necesario acometer el problema de la contaminación».

Por el momento ya existen estudios preliminares que muestran la presencia de «elementos contaminantes» como «metales pesados», tanto en los edificios como en la misma tierra, que precisan «de una catalogación, estudio y retirada» que la declaración de BIC debe «implicar e impulsar» y que obliga a la Junta de Andalucía a su intervención.

Una descontaminación que es «vital» para lograr la «autorización» que permita la restauración de los edificios para ponerlos en uso «de inmediato», demanda el concejal de Cultura, Luciano Carrasco. «Edificio que se rehabilita, se le tiene que dar uso para la sociedad, ya que no tiene sentido dejarlo cerrado», pero siempre debe imperar «la protección de la salud».