La imagen de María Santísima de la Sierra recorrió las calles de Cabra durante la noche de este jueves, 8 de septiembre. La imagen procesionó a hombros de sus costaleros y en sus andas de plata, realizadas en 1858 a manos del platero sevillano Aceves. Iba ataviada con el conocido manto bordado en oro realizado en 1864 por el obrador del convento de las agustinas egabrenses y lucieron para la ocasión, tanto la talla de la Virgen como la del Divino Niño, las coronas de la coronación pontificia del taller de Marmolejo y el peto y el rostrillo de oro, esmeraldas y diamantes de finales del siglo XVIII, así como numerosas joyas fruto de donaciones hechas por los devotos a través de los siglos.

Procesión de la Virgen de la Sierra en Cabra MORENO

María Santísima de la Sierra regresó a las calles egabrenses en una solemne procesión con motivo de su festividad, después de los dos años en los que no pudo hacerlo por motivo de la pandemia. Esta noche, la imagen de la virgen estuvo de nuevo acompañada por centenares de fieles y devotos junto a las autoridades civiles y religiosas y la Banda de Música de Cabra.

Tras salir de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles, a las puertas del Centro Filarmónico Egabrense, el coro de esta centenaria institución le cantó la plegaria Amorosa madre de Juan Soca y del maestro Rodríguez y el canto de la Salve popular a su paso por la Plaza de España, que en esta ocasión estuvo a cargo de Francisco José Gómez Arroyo.

La imagen regresó a su templo sobre la medianoche, acompañada por la Banda de Música de Cabra, momento en el que se quemó una colección de fuegos artificiales que pusieron fin a las fiestas que en su honor que se han celebrado en la localidad desde el pasado sábado 3 de septiembre.

Una jornada festiva, la del 8 de septiembre, que comenzó justo a medianoche con la salutación a María Virgen por su festividad, con la salida de la comitiva desde la Plaza Vieja bajo los sones del tambor y el revoleo de la Bandera. El desfile se encaminó hasta la parroquia de la Asunción y Ángeles, donde se realizó una oración de salutación dirigida por el consiliario de la Real Archicofradía, Emiliano Nguema. Después de los fuegos, tuvo lugar la tradicional diana de la Banda de Música, a la que siguió la solemne función religiosa y, a su término, la Misa de la Bandera.