La Diablilla deambula por las calles de Montoro

Montoro ha acogido nuevamente su tradicional suelta de La Diablilla. Ha sido a las 12 del mediodía de este martes, cuando por las naves de la Parroquia de San Bartolomé se escuchaba que "la Diablilla estaba fraguando su plan". De rumor en rumor se sabía por donde pasará este demonio, si consigue salvarse unas horas del apóstol San Bartolomé. El año pasado, debido a las circunstancias, obligó a que se celebrara de otra manera, siempre con la colaboración del cuerpo de voluntarios de Protección Civil, que cada año realizan una labor encomiable en esta celebración.

Los niños de Montoro están viviendo desde este martes y hasta el miércoles con el miedo en el cuerpo, aunque al mismo tiempo, en un día mágico que significa mucho para ellos, ya que se desenvuelve entre el refrescante tobogán de agua y los chorritos que refrescan el ambiente en la plaza de España. 

Según dicta la leyenda, los vecinos que lleven colgada en el cuello la medalla de San Bartolomé están amparados y no podrán ser capturados por La Diablilla, una tradición que se pierde en la noche de los tiempos y que mantiene en vilo a multitud de pequeños de esta localidad. Un símbolo del bien (San Bartolomé) frente al mal.

Aparte de esta escenificación, que se desenvuelve entre el riego por aspersión de todos los niños y mayores en el centro del pueblo, los asistentes también pueden disfrutar, a primera hora, de la degustación de churros con chocolate de Pepe Zanahoria. Será el día de la fiesta, día 24, en que esta popular churrería traslada su quiosco desde el la Plaza de Abastos para que los más pequeños repongan fuerzas. La celebración de esta fiesta se recoge en la entrada principal de la parroquia, del siglo XVI. 

Este miércoles será capturada la Diablilla por San Bartolomé, entre la mirada atenta de miles de montoreños y visitantes, que se han sumado a esta genuina fiesta.