Frente a la concentración de yacimientos neolíticos en cueva que abundan en el término municipal de Priego y sobre los que existe una importante bibliografía y documentación gracias a los trabajos que se han venido realizando en las últimas décadas, los yacimientos al aire libre de este período eran menos conocidos hasta que se estudiaron y publicaron los localizados en los alrededores de la aldea de Zamoranos, pequeños asentamientos enclavados en elevaciones dominantes del terreno con unas características de ocupación similares a las que se daban en las cuevas.

Uno de ellos, localizado en el Cerro del Cercado, está siendo objeto desde el pasado día 15 de una campaña arqueológica en la que toma parte un equipo dirigido por el profesor Rafael María Martínez Sánchez, de la Universidad de Córdoba, y en el que también participan otros profesores, como Juan Carlos Vera Rodríguez, de la Universidad de Huelva, investigadores y alumnos de las universidades de Huelva, Granada y La Laguna, además de la Delegación territorial de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de Jaén.

La actuación cuenta con el apoyo logístico, técnico y financiero del Ayuntamiento de Priego, coordinado desde el Servicio Municipal de Arqueología, en aplicación del acuerdo de colaboración existente entre la institución local y las universidades de Huelva y Córdoba, cuyo objetivo es la investigación de la Prehistoria reciente en el municipio.

Desde hace años, el sur de la provincia de Córdoba es un referente bibliográfico en la investigación del Neolítico Antiguo en cuevas, donde la cultura material suele recuperarse en buen estado de conservación, aunque asociada a al uso funerario de estos espacios subterráneos y no de habitación. De ahí la importancia de la intervención que se está llevando a cabo en el Cerro del Cercado, ya que podrá aportar materiales estratificados asociados a poblados con cabañas donde se asentaron diversos grupos humanos dedicados a la explotación agropecuaria de su entorno.

El Cerro del Cercado, uno de los yacimientos al aire libre más representativo de la zona, cuenta con una ocupación del Neolítico Antiguo, es decir, del momento en el que se asentaron las primeras comunidades agrícolas en el sur de la península ibérica (sexto milenio antes de Cristo). Emplazamientos que, como se indica desde el servicio municipal de Arqueología, en la comarca suelen ser cerros o lomas de escasa altura que se disponen, preferentemente, en el valle del río Salado.

El objetivo de la intervención que se está llevando a cabo hasta el próximo 31 de julio es valorar la potencialidad del yacimiento y su capacidad de aportar conocimiento para el periodo de interés, de miras a su futura inclusión en un Proyecto General de Investigación, así como diagnosticar su estado de conservación y afecciones negativas a las que está sometido, de origen natural y antrópico, para actuar sobre ellas y minimizarlas.

Para garantizar el aprovechamiento máximo de la potencialidad del lugar, se emplearán tecnologías innovadoras (Lidar, fotogrametría…), así como la metodología usual en arqueología prehistórica, que criba en seco y flota con agua los sedimentos para recuperar elementos orgánicos de interés, como carbones o semillas, tomándose también muestras de sedimento para identificar pólenes y esporas de interés arqueológico.

Durante los primeros días de trabajo ya se han recuperado distintos elementos materiales muy significativos del Neolítico Antiguo como cerámicas decoradas, cuentas de collar, brazaletes pétreos en diversas fases de manufactura (lo que evidencia la existencia de un taller en el emplazamiento), industria lítica laminar, así como las primeras evidencias de lo que podrían ser estructuras de habitación.

Unos hallazgos que constatan la importancia de este asentamiento neolítico y que vuelven a poner de relieve la riqueza arqueológica del término municipal de Priego.