El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha bendecido este jueves, festividad de san Francisco Solano, la estructura traslúcida que hace visible el pozo de la parroquia que lleva el nombre del patrón de Montilla. El enclave ha sido testigo de la devoción centenaria de los montillanos por su patrón. No en vano, los vecinos de esta localidad de la Campiña Sur convirtieron el solar de la casa familiar de Solano en un templo en el que, durante años, ha permanecido casi oculto el brocal que conoció el Taumaturgo del Nuevo Mundo.

Gracias a un informe histórico elaborado por Jaime Luque y Antonio Luis Jiménez Barranco, a instancias del párroco Ángel Lara, se ha podido constatar la existencia de un pozo de agua natural en el subsuelo del templo diocesano. Sobre el lugar donde se erige hoy la parroquia de El Santo, estudios anteriores también venían situando la casa de los padres de san Francisco Solano, que tras contraer matrimonio en 1538 se instalaron en un inmueble de la calle Sotollón.

Algunos fragmentos notariales recogen la disposición del testamento del progenitor de fray Francisco Solano, que se conserva en el archivo de la parroquia de Santiago Apóstol, en el que se alude al conocido como «pozo de los milagros». El trabajo de Jaime Luque y Antonio Luis Jiménez ha permitido conocer con detalle las divisiones que sufrió la casa natal de san Francisco Solano y los diferentes titulares que ha tenido la propiedad en los últimos siglos. En todas estas etapas se relaciona la vivienda con el pozo y, posteriormente, son los cronistas montillanos los que reparan en la existencia del pozo en escritos fechados en el año 1776.

Con la llegada del abastecimiento general de agua potable a Montilla en 1871, los pozos del vecindario quedaron en desuso y, durante las obras de restauración llevadas a cabo en el templo en los años finales del siglo XX, la antigua solería fue sustituida por la actual, quedando cegada la embocadura del brocal.

A pesar de estar oculto durante años, la devoción de los montillanos y el empeño del párroco, Ángel Lara, no han descuidado este enclave como lugar de veneración del santo patrón de la ciudad. Así las cosas, los trabajos han llegado a su fin y desde ahora una estructura traslúcida permite contemplar el pozo, situado en la nave central del templo