Diario Córdoba

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CRIMEN DE LA CHICA CARLOTA

Los 'emails' indican que el abogado conocía la falsa identidad del principal acusado

Las huellas del detenido aparecen en una cinta americana hallada en la casa

Imagen de la primera sesión del juicio del crimen de La Chica Carlota. AJGONZALEZ

La lectura de los numerosos emails que los investigadores de la Guardia Civil recuperaron del ordenador y los móviles de la víctima del crimen de la Chica Carlota (Juan Carlos Rodríguez Borrego) han permitido saber que el abogado acusado (Joaquín R.) conocía que el presunto autor de los hechos, Pedro G., utilizaba una falsa identidad (Felipe Jiménez) para relacionarse con Juan Carlos.

Este es uno de los detalles que han puesto de manifiesto los peritos de la Guardia Civil que han declarado en la cuarta sesión del juicio con jurado que se está celebrando desde el lunes en la sección segunda de la Audiencia Provincial. Los peritos, pertenecientes a los departamentos de Química e Ingeniería del servicio de Criminalística, han explicado en primer lugar los estudios que se hicieron de algunos objetos hallados en la casa del fallecido, como las palas, en las que se pudo constatar la existencia de tierra (sin concretar de dónde, según han respondido al juez); pero también que las comparaciones de las huellas dactilares analizadas se comprobó que las de Pedro G. (principal acusado) se encontraban también en una cinta americana analizada. Estas comprobaciones químicas también identificaron medicamentos (tranquilizantes) en dos tarros.

Otros detalles

Además de estos análisis, el servicio de Criminalística de la Guardia Civil también analizó los contenidos de dos discos duros y cinco memorias externas (pen drives) tanto de Pedro como de la víctima, en los que se han podido recuperar algunos diálogos entre la víctima y los dos encausados. Entre los archivos desvelados figuran imágenes de la casa del fallecido, fotos familiares de Pedro, así como de éste vestido con ropa eclesiástica y algunos vídeos de contenido sexual entre hombres. Estas imágenes estaban en los discos duros del ordenador de la víctima que fue requisado en el registro de la casa del principal acusado y que se habían grabado después de desaparecer Juan Carlos.

También han explicado los agentes que entre las muchas carpetas de los citados discos duros estaban algunas conversaciones con el abogado, entre las que estaban los documentos acreditativos de su enfermedad y otro en el que la víctima le pedía al abogado que le enviara los detalles de la demanda que iba a presentar (objeto del encargo de Juan Carlos a Joaquín R.) y en los que se refiere a Pedro G (contratado como investigador) con el nombre de Felipe. En concreto, en uno de ellos Juan Carlos le indica al letrado que no sabe nada de Felipe, respondiéndole Joaquín R. que él tampoco sabía nada y que le mantendría informado. Además, los agentes han indicado que también aparecen operaciones bancarias y un correo en el que la víctima informa del abono de la provisión de fondos prevista para pagar al investigador, que era la función para la que se había requerido a Pedro G.

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