La alternativa de una licitación directa administrada desde el Ayuntamiento de Lucena en la gestión de los residuos sólidos urbanos se desvanece por la negativa del equipo de gobierno socialista y de Izquierda Unida. Ambas formaciones sumaban sus votos en el Pleno del pasado martes e impedían que fructificase una moción formulada por el PP basada en la elaboración de un estudio externo, económico y técnico, para analizar la conveniencia de continuar con Epremasa o explorar la externalización del servicio.
Desde el pasado 1 de enero, en una decisión consensuada por la Corporación, la empresa pública de la Diputación realiza esta prestación mediante una prórroga. La disparidad de pareceres entre el gobierno municipal y la oposición atascó la renovación del convenio por un período de cuatro años, prorrogable por otros tantos.
En los últimos meses, el PP ha propugnado la encomienda de un informe especializado a fin de aclarar las ventajas e inconvenientes de cada opción. El gobierno local ha encontrado el apoyo de Izquierda Unida –las dos fuerzas gobiernan en la institución provincial-- para encarrilar la permanencia de Epremasa en la localidad.
Al justificar su voto en contra, Miguel Villa (IU) manifestaba que «nunca vamos a facilitar la posibilidad de una gestión indirecta del servicio». En un sentido similar, la concejala de Medio Ambiente, Mamen Beato (PSOE), le achacó al PP su estrategia «privatizadora».
Los populares, respaldados por Ciudadanos y Vox, le espetaron al PSOE que, «por amarrarse a sus compañeros» de la Diputación, «dejan a los lucentinos sin conocer otras alternativas para mejorar en la gestión» de la basura.
En la misma sesión, la Corporación municipal aprobaba reclamar a la Junta de Andalucía que restituya la segunda línea de Infantil suprimida en el colegio Virgen del Valle. A instancias del PSOE, Vox e IU se posicionaron a favor y optaron por la abstención PP y Ciudadanos.
