Al objeto de poner en valor la torre-campanario de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles de Cabra, han dado comienzo una serie de trabajos que en una primera actuación, pasan por una serie de labores de limpieza a fondo de todas las dependencias y para lo que se ha contado con la colaboración de las hermandades y cofradías que tienen su sede canónica en dicha parroquia.

Así lo ha expresado su párroco, Emiliano Nguema, subrayando la importancia que estos trabajos suponen, agradeciendo para ello la colaboración económica del Ayuntamiento de Cabra para llevarlos a cabo como la colaboración de las mencionadas cofradías, destacando que al tratarse de un templo catalogado como Bien de Interés Cultural, BIC, se ha solicitado a través del Obispado de Córdoba, la pertinente autorización de la Junta de Andalucía y, tras su aprobación, se ha solicitado el necesario permiso de obras al consistorio quien, tras aprobarlo, ha permitido en la jornada de este sábado 23 de abril dar comienzo a esas labores iniciales de limpieza ya que la torre-campanario presentaba un importante estado de suciedad debido a la constante entrada de aves por los arcos de las ventanas.

Precisamente una de las principales actuaciones para evitar que ese estado de suciedad se repita, será la colocación de una estructura metálica en el interior de los huecos de las campanas que no afectarán visualmente a su estética, ya que estarán colocadas por la parte interior y la malla existente será de mínima distancia y grosor para evitar la entrada de aves y la consiguiente suciedad.

Una vez concluyan esos trabajos, se procederá a la mejora y consolidación de las paredes interiores llevando a cabo principalmente una actuación de pintura y adecentamiento de una de las habitaciones existentes, donde se colocará la antigua maquinaria del reloj de la torre-campanario.

Estos trabajos son el inicio de una serie de actuaciones que, de la mano del ayuntamiento de Cabra, se llevarán a cabo para la puesta en valor del conjunto arquitectónico de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles que, junto a la torre-campanario, para que esta pueda ser visitable por los ciudadanos y visitantes que cada día se acercan al municipio y convertir dicha torre-campanario en un elemento turístico más de la ciudad.

Historia y arte

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles según la tradición, fue edificada sobre una vieja mezquita aprovechando su estructura en el siglo XIII, aunque nada queda del estado primitivo, pues el templo fue sucesivamente reconstruido en los siglos XVI y XVII hasta obtener la definitiva fisonomía en el siglo XVIII bajo la dirección del arquitecto Benito Jiménez, que realizó las obras entre 1747 y 1752.

El interior es un espacio de cinco naves, algo más ancha la central, organizadas por andanadas de arcos muy peraltados sobre columnas y cubiertas por bóvedas de cañón con lunetos y fajones que apean en cartones recortados. La abundancia de jaspes rojos y blancos da enorme suntuosidad a este interior. El tramo transversal correspondiente a las puertas se cubre con una bóveda oval y dos circulares y hace las veces de crucero.

El retablo mayor fue realizado en mármoles rojo y negro, es obra del afamado retablista de origen vizcaíno Melchor de Aguirre, quien lo concluyó en 1674 sobre proyecto del no menos celebre arquitecto egabrense José Granados de la Barrera. Es un retablo de transición al barroco, que destaca como ejemplo representativo de la mejor retablística marmórea. El jaspe rojo extraído en las canteras de la Sierra egabrense, convertido en uno de los mejores materiales de la época. La hornacina central acoge la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, talla granadina de 1693, y en el ático un crucifijo, talla también de finales del XVII, de buena factura y próximo a la estética de los Mora.

En el siglo XVII fue el egabrense José Granados de la Barrera, maestro mayor de la Catedral de Granada -autor del diseño del interior y la fachada de la Catedral granadina- el encargado de realizar obras en la capilla mayor, crucero y las bóvedas que lo cubren, así como proyectar la ejecución del retablo mayor y sus laterales en piedra, que junto con la reconstrucción de la torre, comienza a darle el aspecto barroco que hoy admiramos. La monumental portada principal barroca que existe en la actualidad es obra en jaspe de los canteros Juan Antonio del Pino y Antonio Chacón, con Jerónimo de Priego como maestro albañil.