Un jurado popular ha declarado culpable de asesinato a J. A. F., el acusado del conocido como crimen de Cabra en el que un joven perdió la vida en el año 2019 tras recibir una veintena de puñaladas. Según ha explicado a este periódico el abogado de la acusación particular, Miguel Calabrús, el jurado da por buena la versión de la acusación, que entiende que el procesado cometió un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento. El jurado ha votado por unanimidad la autoría y la alevosía, mientras que el ensañamiento ha salido adelante por siete votos a favor y dos en contra.

Ahora, J. A. F. se enfrenta a penas que van de los 20 a los 25 años, tanto por el delito de asesinato como por otro delito de lesiones que cometió sobre una amiga del fallecido en la misma noche de los hechos.

Con este veredicto, el jurado da por probado que J. A. F. mató a Agustín, un joven de 26 años, en el municipio de Cabra en el año 2019. Agustín se encontraba con una amiga en la zona de los Ciudad de los Niños, dentro de un coche en una zona oscura porque estaban manteniendo relaciones sexuales.

En ese momento, el acusado fue hasta el coche y abrió una de las puertas de atrás, donde se encontraba la pareja. J. A. F. agredió a la chica a la que causó ciertas lesiones y luego se fue a por el joven. Forcejearon fuera del coche (donde el después fallecido estaba solamente en ropa interior, la única que le dio tiempo a ponerse al verse sorprendido) y corrieron cuesta abajo. Está demostrado, por lo tanto, que J. A. F. propinó cerca de una veintena de cuchillazos a la víctima, algunos con tanta fuerza que llegó a clavarle el mango del arma.

La joven, una vez las otras dos personas había ido cuesta abajo, cogió el coche para ir a buscar a su amigo y lo encontró tendido en el suelo. Llamó al servicio de emergencias cuando vio a un coche que se dirigía hacia el lugar en el que estaba e intentó pedirle auxilio. Sin embargo, se percató de que era el coche del asesino y volvió corriendo a su vehículo.

J. A. F. contó otra versión de los hechos nueve meses después de que estos se produjeran. Dijo que estaba en la zona tomando el aire porque había bebido y quería reponerse. Dijo que en ese momento se le acercaron dos personas que, amenazándole, le ofrecieron un cuchillo para que sacara a Agustín del coche. La versión, sin embargo, ha sido desmontada por los peritos, por la policía y por la propia joven, principal testigo de los hechos.

El acusado fue detenido en Málaga, cuando intentaba huir a Honduras, su país de origen, y llevaba en la maleta más de 1.000 euros y el pasaporte. Cuando los agentes lo trasladaron hacia su domicilio dentro de la investigación se encontraron la ropa que había usado el asesino recién lavada (aún húmeda) y se hallaron restos de sangre en sus zapatillas.

Aunque el móvil no ha quedado demostrado, ya que se supone que víctima y asesino no se conocían, varios amigos aseguraron que Agustín había discutido con el hermano de la víctima en una discoteca días antes de los hechos. Este sería el único nexo de unión entre ambos.