El Real Santuario de Aras, de Lucena, se ha convertido a lo largo del fin de semana en un autentico reguero de devotos de María Santísima de Araceli. Según su hermano mayor, Rafael Ramírez Luna, han pasado por su camarín más de 5.000 los devotos que han participado en el acto de veneración tras su restauración.

En un emotivo acto en el que, por primera vez, al entrar al camarín, los devotos encontraban a la Virgen, han podido hacer su ruegos, súplicas y agradecimientos en la intimidad que ofrece este bello espacio. Desde las ocho y media de la mañana del sábado hasta las nueve de la noche del domingo, los fieles han visitado y disfrutado de un momento inolvidable de reencuentro.

El domingo abría el acto reverencial la Misa de Alba, presidida por el párroco de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, Eugenio Bujalance Serrano, acompañado de los cantos de la Asociación de Jóvenes Cristianos que tras la eucaristía y, ya en el camarín, cantaron el himno a María Santísima de Araceli.

Han sido familias completas las que se han presentado ante la Virgen, niños que con sus muñecos se acercaban a la patrona de Lucena y del Campo Andaluz, parejas que presentaban a sus hijos nacidos durante la ausencia de la Patrona y personas mayores que, a pesar de los años, han hecho un esfuerzo por estar junto a la Virgen de Araceli.

Como ocurriera en el Besamanos Extraordinario celebrado en el Santuario en 2016, los fieles han podido dejar un rosario a la Virgen para llevarse el que ella sostenía en su mano.