San Sebastián de los Ballesteros ha recuperado sus fiestas patronales. Aunque condicionadas por la situación actual epidemiológica, la corporación municipal ha conseguido que la programación siga adelante según las medidas vigentes y directrices sanitarias.
Con una gran devoción al patrón, San Sebastián, santo y mártir que le da nombre al mismo pueblo, y con un halo especial y mágico por sus tradiciones, el municipio le ha rendido homenaje, este año sí, con el tradicional guiso de cuchara de pavo con fideos. El plato, claro está, ha vuelto a ser el protagonista y se nota ya que cada año va adquiriendo un mayor rango de interés turístico. La misa y la procesión han sido el preludio a la celebración, llevada a cabo en la plaza del Fuero con la imagen de Carlos III como testigo.
En un acto institucional se ha presentado el himno oficial con la intervención del alcalde de San Sebastián de los Ballesteros, Francisco Javier Maestre Ansio, que ha dado paso al grupo Sentimientos, que ha interpretado un tema sencillo, fácil de cantar y de gran importancia para la historia local. En un ambiente de convivencia, confraternidad entre los vecinos y visitantes, la celebración gastronómica se ha convertido en el centro de la fiesta, recordando este plato de olla y cuchara sabores de siempre, los de toda la vida, con orígenes centroeuropeos y que ha sido conservado gracias a las mujeres.
El Ayuntamiento ha hecho, además, un reconocimiento público a Isabel Sánchez Giraldo, la mujer más longeva de San Sebastián. Por sus 97 años, Isabel ha sido unas de las que ha conservado la receta de los primeros colonos.
La preparación
En vísperas de las fiestas y por tradición, se confeccionan artesanalmente los fideos. Este año se han utilizado 25 kilos de fideos y 100 kilos de carne de pavo de corral, además de productos autóctonos, como el aceite de oliva virgen extra de la Cooperativa Olivarera San Sebastián. Mezclados con la tradición y con la mejor materia prima (y su lenta cocción), el guiso borboteaba casi desde la madrugada para preparar un gigantesco plato. A esto se le añade la maestría, creatividad y mucha paciencia del cocinero, Joaquín Sag, que le ha dado un toque personal y ha transformado todo un plato emblemático de cuchara que ha sido servido en cuencos de barro cromáticos conmemorativos.
El resultado, han comentado los vecinos, ha sido inigualable en un millar de raciones que se han repartido. Así, sin mayor preámbulo, se ha rendido culto al plato que hace honores a su fama. Además, para bañar la comida, el Ayuntamiento ha ofrecido una copa de vino a todos los comensales.