El pasado 1 de diciembre nació en San Francisco, en Estados Unidos, Leila Luna. Sus padres son un español, de Sevilla, y una norteamericana y desde el primer momento les gustó el nombre de Luna para su hija, pero quisieron ir más allá. 

Querían investigar algo más sobre el origen del nombre y si existía alguna Virgen llamada así y dieron con la Virgen de Luna, fruto de indagar por internet.

Sus abuelos españoles son José Ignacio y Caridad, naturales de Linares pero residentes desde hace muchos años en Sevilla y, no satisfechos con saber de la existencia de la Virgen de Luna, quisieron venir a conocerla y a aprender cosas acerca de la devoción y de las romerías que en Pozoblanco y Villanueva de Córdoba se celebran en torno a ella. 

Así, el pasado domingo se desplazaron hasta Pozoblanco al saber que había misa los domingos en el santuario de la Jara, que es donde la Virgen se encuentra en esta época del año. Caridad explica que «veníamos con algunas referencias pero prácticamente a ciegas y primero estuvimos en Pozoblanco y visitamos la parroquia de Santa Catalina, donde una mujer nos contó muchas cosas de la Virgen y cómo llegar al santuario», situado a unos 14 kilómetros.

José Ignacio señala que «nos hacía mucha ilusión visitar el santuario, ver a la Virgen de Luna y conocer algo sobre esta Virgen tan querida y que tiene tantos devotos», además, querían llevarse una medalla para regalar a la nieta.

Misión cumplida, ya que hasta participaron en la misa y estuvieron conversando con el capitán, con el mayordomo y con algunas de las personas allí presentes, recibieron un obsequio por parte del santero y pudieron ver las cartas de los astronautas que estuvieron en la Luna y la correspondencia que mantuvieron con la cofradía, «algo que nuestro hijo ya nos había comentado y que acerca a la cofradía si cabe más al cielo».

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El bautizo de Leila Luna será en España, en mayo en Sevilla, y sus abuelos ya han confirmado que la familia traerá a la niña para ofrecérsela a la Virgen de Luna. 

Mientras, José Ignacio y Caridad no dejaban de elogiar el paraje de dehesa en el que se encuentra la ermita.