La restauración de la Capilla de los Dolores de la Casa de las Aguas de Montilla se ha presentado este miércoles a los medios con la presencia del alcalde, Rafael Llamas; la concejala de Cultura, Soledad Raya; las restauradoras de Bienes Culturales que han intervenido, el director honorífico del Museo Garnelo, José Antonio Cerezo y José María Cabello de Alba. Llamas ha celebrado la finalización de esta intervención, de la que ha dicho, “es una gran noticia para Montilla que recupera parte de su patrimonio y ofrece una visión muy singular, dentro de la Casa de las Aguas y el Museo Garnelo, del pintor como un muralista de primer orden”.

Llamas también ha explicado que todo el proceso, con una inversión en torno a los 120.000 euros, cofinanciados junto con la Diputación, ha consistido en varias fases. “Una primera fase de consolidación de la cúpula, ya que el edificio estuvo a punto de colapsar debido a la eliminación de un cuerpo en el anexo edificio, del comedor social, que hizo que los empujes de la cúpula perdieran la estabilidad y la humedad entrara destruyendo las pinturas”. En esta primera fase se llevó a cabo por tanto “la estabilidad y estanqueidad de la obra”. Y a continuación, se desarrolló “una segunda fase donde ya se restauraron las pinturas”.

 El alcalde ha explicado que el siguiente paso será “dar contenido a la sala” por lo que se está trabajando con la asociación Amigos del Museo Garnelo y “ultimar algunos aspectos como la iluminación para ponerlo al servicio de las personas que quieran visitar la Casa de las Aguas”. El alcalde también ha aprovechado para recordar la figura de Manuel Cabello de Alba, gran impulsor del proyecto Casa de las Aguas y del legado de Garnelo.

 El director honorario del museo, José Antonio Cerezo,L ha explicado que “la restauración de la capilla era un reto, desde que se abrió la Casa de las Aguas” y que “el resultado de la restauración es formidable”. Además, ha destacado que aunque en el museo estaban representadas todas las facetas, estilos y técnicas de Garnelo, la única excepción eran los frescos y que, ahora, “gracias a esta bóveda que decoraron en sus primeros trabajos José y Eloísa Garnelo” también podrán disfrutarse. 

 Al acto han acudido también las restauradoras de Bienes Culturales responsables del trabajo, María José Sanchez y Sonia Bolea. Esta última ha explicado que partieron de una consolidación de urgencia, llevada a cabo antes de la pandemia, porque se encontraron “un tanto por ciento de la cúpula, las pechinas y el tambor protegidas con gasas, por lo que el primer proceso, aparte de estudios previos, fue retirar esas gasas”. Posteriormente, realizaron una fijación de la pintura “que tenía riesgo de desprendimiento” y en el caso de la cúpula, “al haber tenido mucha humedad la pintura estaba deformada en forma de ampollas y grietas”, por lo que “se le devolvió el estado que tenía anteriormente”.

 María José Sánchez ha añadido que, en cuanto a la técnica, “se trata de una pintura mural en seco y la técnica usada por José y Eloísa Garnelo es pintura con óleos”. Además, según han podido certificar durante todas las obras de restauración “se nota la mano de Garnelo”. “Este trabajo es de la época de Muerte de Lucano y la manera de trabajar las pinturas es similar”, ha explicado. “Primero hace un encaje con manchas, después saca luces y los volúmenes con empastes de óleo, y termina dibujando con unas líneas muy sueltas”.

 Para finalizar, el alcalde ha querido recordar que el año pasado se ultimó el pago de la compra de la Casa de las Aguas, tanto de la capilla como de los edificios que dan a la calle Lombardo.

 La Capilla de los Dolores fue construida entre 1886 y 1888, encargada por doña Dolores Moreno Sánchez, y dedicada a la Virgen de los Dolores. En ella, predominan las formas neoclásicas y la decoración del conjunto se ordena mediante suntuosas yeserías que recubren cornisas, pilastras y capiteles clásicos. Sus paramentos aparecen cerrados por sendos arcos de medio punto con motivos de lacería sobre los cuales se monta un tambor circular que contiene cuatro lucernarios ovalados y sostiene una elevada cúpula de media naranja.

Detalle de las pinturas de la Capilla de los Dolores. JOSÉ ANTONIO AGUILAR

 Todos los elementos de esta joya arquitectónica están profusamente decorados con pinturas al fresco de José Santiago Garnelo y Alda (1866-1944), en colaboración con su hermana Eloísa (1863-1907), donde se desarrolló un programa iconográfico que representa una composición alegórica al místico pensamiento de Una salve en el cielo, en homenaje a la Virgen María, en el centro de la cúpula, en actitud orante y rodeada de grupos de ángeles y querubines. En las pechinas fueron representados los cuatro evangelistas y en la bóveda del altar mayor destaca un gran rectángulo cerrado por una elegante moldura sobredorada cuyo interior se reserva para la figura de Dios Padre Eterno.

 La capilla estuvo dedicada al servicio religioso hasta 1979 en que fue desacralizada. En el año 2000, el Ayuntamiento de Montilla adquirió el edificio en su totalidad para fines culturales y, tras una profunda reforma integral del edificio –la cual no contempló intervención alguna en el pequeño templo–, desde el año 2006, el antiguo palacete decimonónico alberga el Museo Garnelo, la Fundación Biblioteca Manuel Ruiz Luque y el Archivo Histórico de Protocolos Notariales de Montilla.