Gracias a un proyecto de la Fundación Ciudades Medias del Centro de Andalucía, el visitante que llegue a Lucena puede visualizar cómo era el patio de armas del Castillo del Moral en el siglo XIV. A través de su móvil, el turista accede mediante un código QR a una recreación histórica totalmente realista, que se completa con una serie de contenidos audiovisuales en español, inglés y leguaje de signos. Esta forma de visitar esta fortaleza tiene como anfitriona a María Alfón de Argote, señora de Lucena y Espejo, que irá ilustrando sobre diferentes aspectos de su vida, como su linaje, los propietarios del Castillo, la arquitectura militar del mismo o la frontera con el reino nazarí. Aunque este enclave es conocido por haber sido la prisión de Boabdil tras ser capturado en la batalla de Lucena en 1483, la recreación se ha querido concentrar en los finales del siglo XIV, para así explicar mejor su historia medieval.

La historia

El Castillo tiene su origen en época islámica, fue construido en el siglo XII por los almohades y tomado por las tropas cristianas de Fernando III, conocido como el Santo, allá por el 1240. A partir de este momento, juega un papel muy importante en la guerra con el reino nazarí. Esta fortaleza ha tenido muchos dueños. En primer lugar fue ofrecido al Cabildo de Córdoba, para más tarde pasar a la Orden de Santiago, que lo permuta por otros territorios a Doña Leonor de Guzmán, en 1343. Esta lo mantendrá en su poder hasta su muerte, en 1351. Tras ello volvió a manos de la corona de Enrique IV, quien lo terminó entregando a Fernán Alonso de Argote, abuelo de la anfitriona en el recorrido virtual por el castillo del siglo XIV, en reconocimiento a su apoyo y lealtad.

María Alfón de Argote terminará uniéndose en matrimonio a la familia de los Fernández de Córdoba, de forma que son estos los que a través de los años serán sus propietarios. En 1483, tras la batalla del arroyo de Martín González en Lucena, su torre del homenaje albergó la prisión de Boabdil, el último rey nazarí. Al frente del castillo estaba Diego Fernández de Córdoba, un joven caballero que hizo claudicar al monarca musulmán con astucia y destreza militar a pesar de la inferioridad numérica de sus huestes.

Imagen actual del recinto del Castillo del Moral.

Casa de Medinaceli

Con el paso del tiempo, la desaparición de la frontera y la llegada de la paz, la propiedad se transforma en casa residencial del Marqués de Comares y, posteriormente, del Ducado de Medinaceli. Finalmente, el Ayuntamiento de Lucena lo adquiere a los duques de Híjar por 38.985 de las antiguas pesetas. Ya en 1931 es declarado Monumento Nacional por el hecho histórico de haber sido escenario de la prisión de Boabdil. Actualmente es Museo Arqueológico y Etnológico.

Recreación de una escena cotidiana de la vida en el interior del castillo en el siglo XIV.

Hitos históricos

De esta forma, se muestra al visitante un recorrido temático por sus salas, acompañado de una audioguía en diferentes idiomas, que refleja el devenir y la idiosincrasia de Lucena. En este edificio medieval se ha procurado compaginar el respeto al mismo y sus elementos singulares con las necesidades expositivas del museo. De este modo, el discurso expositivo se centra en un criterio temático sobre hitos que marcan las señas históricas de Lucena.

El conjunto defensivo es de planta casi cuadrada, con un patio de armas central rodeado por un foso de altas murallas con base de mampostería y gruesos muros de tapial que se refuerza en su coronación con varias piedras de cantería. Pocas puertas se abren al exterior, ya que han de ser los puntos más débiles para defender.

Se completa la línea de defensa con cuatro torres, localizadas en cada una de las esquinas. Las torres del Foso y la de las Damas están integradas en la muralla y construidas de mampostería. Las de mayor importancia y tamaño son la Torre del Homenaje, en la que se encontraban las estancias nobles, y la Torre del Moral, que se diferencia de las demás por su planta octogonal y no cuadrada. Estas elevaciones sobre la muralla constituyen los mejores elementos defensivos, teniendo una gran amplitud visual de los alrededores.

Una de las escenas reproducidas en la recreación de la fortaleza medieval de Lucena. JUAN A. FERNÁNDEZ

La vida en la frontera

Los soldados solían vigilar desde el paso de ronda del castillo, ya que su ubicación la hacía un lugar de conflictos bélicos con el reino nazarí de Granada. A pesar de los pactos, el riesgo de asedio siempre estaba presente. En caso de este, lo más importante era garantizar agua potable, por eso en el interior del mismo, en el patio de armas, se levantaba un pozo para toda la guarnición y familias que habitaban en el interior

Tras acceder al poder Boabdil, rey nazarí de Granada, aconsejado por su suegro Aliatar, decidió saquear la villa de Lucena el 23 de abril de 1483, con el convencimiento de que sería una fácil plaza. En aquella época, un joven e inteligente noble ejercía de alcaide de los donceles del Castillo.

El ejército nazarí superaba al cristiano en efectivos, por lo que la habilidad de este alcaide hizo pensar a las huestes musulmanas en una capitulación inmediata. Tiempo que fue aprovechado para avisar al conde de la población cercana de Cabra, que acudió presto con un refuerzo militar considerable.

El patio de armas del castillo en la actualidad. JUAN A. FERNÁNDEZ

Prisión del rey Boabdil

El ejército de Boabdil fue acorralado en el entorno del arroyo de Martín González, tras su huida inesperada cuando se percató de los refuerzos cristianos. Allí tuvo lugar la batalla final y el apresamiento del rey nazarí. Este no reveló su identidad aunque fue reconocido involuntariamente por sus soldados al ser encerrado en la fortaleza lucentina.

De aquí fue trasladado a Córdoba, donde sería presentado a los Reyes Católicos y finalmente conducido a Porcuna. Allí se acordó su liberación a cambio de un elevado rescate. Nueve años después, las revueltas internas del reino nazarí y la presencia cercana del ejército cristiano terminaron por hundirle a él y a su reinado.

Proyecto para cinco ciudades

El proyecto de recreaciones virtuales de los enclaves monumentales ha sido desarrollado por la Fundación Ciudades Medias del Centro de Andalucía, gracias a una subvención de la Consejería de Turismo de la junta de Andalucía. Su implementación se ha ejecutado, aparte del Castillo del Moral de Lucena, en la Fortaleza de la Mota, en Alcalá la Real (Jaén), en la que se han representado en 3D la Plaza Baja y el Barrio Noble de la Fortaleza en el siglo XVI, dando a conocer más en profundidad la sociedad y modos de vida de los habitantes de esta ciudad fortificada en el siglo XVI; en la Alcazaba de Antequera (Málaga), en la que se visualizan recreaciones históricas del yacimiento arqueológico de la Mezquita de la Alcazaba en época nazarí, previa a la conquista castellana en 1410, dando a conocer las partes y uso de la mezquita, a través del último alcaide musulmán de Antequera, Al-Karmen; en el Palacio de los Marqueses de Peñaflor, en Écija (Sevilla), donde el viajero puede conocer cómo era el salón de recepciones de la planta baja del Palacio de Peñaflor en el siglo XIX y ahondar en la historia, usos y mobiliario del Palacio, a través del VIII Marqués de Peñaflor; y en la villa romana de Fuente Álamo de Puente Genil, en donde se conoce cómo era el lujoso salón de celebraciones de la villa romana del siglo IV d.C., descubriendo cómo era un día normal para los propietarios de la villa.

Según esta entidad pública, este nuevo proyecto supone un paso en la transición digital en estos recursos monumentales, mejorando la experiencia del turista y dotando la visita de un atractivo contenido digital incluido en el mismo precio de la entrada al monumento.