El enorme potencial arqueológico de Cabra y, en concreto, el barrio histórico de La Villa, ha quedado puesto de manifiesto con el reciente hallazgo de dos piezas romanas, en concreto dos basas de columnas de estilo ático datadas en los siglos II-I antes de Cristo, como así ha subrayado en una visita a la zona el alcalde, Fernando Priego, junto al delegado municipal de Patrimonio, Francisco Casas, y los arqueólogos Alejandro Ibáñez, de la delegación territorial de Cultura y Patrimonio, y Antonio Moreno, director del Museo Arqueológico Municipal, entre otros.

Estas piezas han aparecido en los movimientos de tierra que se están realizando para la sustitución del saneamiento de la calle Ana de la Rosa a través del proyecto de ejecución de medidas correctoras a los problemas de inestabilidad de la ladera de la Villa y en el que se incluye una actividad de control arqueológico.

Dichos trabajos supondrán a su finalización una inversión de unos 3 millones de euros y para los que cuenta el Consistorio con la colaboración de todas las administraciones.

El mencionado control arqueológico, como apuntaba Antonio Moreno, además de permitir la recuperación de estas piezas y otras de gran interés, ha dejado al descubierto una serie de estructuras de importancia para el conocimiento del urbanismo de la ciudad ibero-romana de Igabrum, ya que se ha documentado un nuevo tramo de muralla de época romana de unos 8 metros de longitud, que será restaurado y se incorporará a la serie de elementos de la fortificación que podrán ser visitados en esta ladera.

La aparición de estas basas, que se añaden a otros hallazgos anteriores en el barrio de la Villa, añadía Moreno, confirman la existencia de una importante ciudad desde los primeros años del proceso de romanización del oppidum ibérico de Igabrum, recordando que piezas similares, aunque de mayores dimensiones, se encuentran en diversos edificios públicos de Córdoba y, por lo tanto, es posible suponer que pudieran pertenecer a un edificio público.  

Las basas de caliza oolítica tienen una altura de 39 centímetros y 51,4 centímetros, respectivamente, recortadas por dos de sus laterales, y no presentan sus molduras, por lo que dicha actuación apunta a que de esa forma se obtuvieron dos superficies planas para hacer posible su reutilización como elementos constructivos.