El color amarillento que desde hace algunos meses aparece de manera intermitente en el agua de los grifos de multitud de hogares de Pozoblanco ha llevado a los ciudadanos a expresar públicamente su malestar y las dudas sobre la potabilidad del agua que beben. Algunos usuarios se han dirigido a la empresa que gestiona la distribución del agua en baja de Pozoblanco, Aqualia, para buscar una solución que no llega, a pesar de que los técnicos se acercan a los domicilios para comprobar si hay incidencias.

En la mayoría de los casos todo está aparentemente bien, pero el usuario es reacio a beber ese agua. Algunos ciudadanos con piscinas aseguran que cuando las llenan el agua está amarilla, sin embargo, cuando ellos las depuran se vuelve cristalina, lo que les lleva a pensar que la depuración que hace la empresa responsable de ese proceso no es la adecuada. 

En este contexto, Juan Villa, jefe de servicio de Aqualia en Pozoblanco, explica las causas técnicas por las que el agua puede aparecer con mal aspecto de manera periódica aunque no siempre en todas las zonas del municipio. A pesar de ello, Villa ha lanzado un mensaje de tranquilidad a los usuarios diciendo que el agua es potable de acuerdo a los análisis que realizan.

La imagen muestra el color con el que sale el agua. CÓRDOBA

Juan Villa argumenta que el agua que da Aqualia es la que les sirve Emproacsa procedente del embalse de Sierra Boyera. En estos momentos, dice, el color en el agua puede deberse a diferentes factores. Uno de ellos es el bajo nivel actual de los embalses de agua, entre un 25 y un 30% inferior al del año pasado. «No es lo mismo -dice Villa-, captar agua superficial a diez metros para tratarla y hacerla potable que a una profundidad de treinta o cuarenta metros, con más sustancia y que requiere un mayor tratamiento». 

Nivel de cloro

El jefe de Aqualia relata que el único reactivo que ellos añaden al agua que reciben es el hipoclorito sódico para tratar de cumplir que en el último tramo de red llegue el cloro a lo que estipula el Real Decreto 140, según el cual, el cloro máximo que puede tener un agua es de una parte por millón -1ppm- de cloro residual libre, y lo mínimo es 0,2 ppm. «Eso es lo único que hacemos, nosotros no tratamos el agua porque ya viene tratada», insiste. Villa recalca que el agua que reciben no es de calidad. «En muchas ocasiones, el personal de mi equipo me informa de la situación en la que llega el agua a los depósitos, unos depósitos que nosotros limpiamos, según la normativa, cada dos años», añade.

Otro factor que incide en el color del agua es el de las redes. Sobre este aspecto, el técnico calcula que alrededor del 65% de la red de Pozoblanco es todavía de fibrocemento, y aquí hay una mezcla de redes, entre otras, polietileno, fundición o pvc.

Pozoblanco no tiene su anillo externo acabado, queda en torno a un 35% para finalizarlo, y esto significa un problema técnico porque impide por el momento que las diferentes redes interiores se sectoricen. Ello permitiría ir directamente a la zona donde se detectase una fuga o un problema de calidad del agua. Para Villa, estas son las razones fundamentales que confluyen para que se dé este problema en la localidad.

Por su parte, Gabriel Benítez, jefe de servicio de Emproacsa en la zona norte de la provincia, niega que el agua que sirven a los depósitos pozoalbenses sea de mala calidad. «El agua que estamos suministrando a Pozoblanco es la misma que se sirve a toda la zona norte de la provincia de Córdoba y no hay queja ninguna», subraya. Para Benítez, «las características organolépticas del agua del embalse de Sierra Boyera son las que son, el embalse está muy bajo, de hecho, estamos en emergencia», puntualiza. Para aclarar, a continuación, que «el olor, color, sabor del agua que se sirve a Pozoblanco está dentro de los parámetros que exige la ley». Según Gabriel Benítez, el Real Decreto por el que se rigen establece unos márgenes de color y turbidez que Emproacsa cumple, y esos márgenes explicarían la turbidez al llenar algunas piscinas que desaparece al volver a redepurar en una depuradora doméstica. Sin embargo, Gabriel Benítez asegura que el agua es potable aunque se pueda ver con color

El técnico de Emproacsa ha puntualizado que «no quiero meterme en terreno de nadie, pero es significativo que el agua salga con color en algunas zonas. O tiene color en todo el pueblo o, si lo tiene solo en algunos puntos, es debido a algún movimiento de la red en ese punto, y ese es un problema de la empresa que lleva el suministro en baja, que en este caso es Aqualia».

Por último, Gabriel Benítez afirma que la situación del embalse de Sierra Boyera les está obligando a ir modificando el tratamiento que le hacen al agua para cumplir la normativa por la que se rigen.