El Seminario de Santa María de los Ángeles, enclavado en el Parque Natural de Hornachuelos, tras un largo período en obras, reabre sus puertas para convertirse en la nueva residencia 'San Gabriel', que albergará un hogar para personas que después de cumplir condenas de cárcel quieran rehacer su vida y necesiten formación y ayuda para afrontar la vida en libertad.

Supone un lugar que, tal y como ha definido el obispo, Demetrio Fernández, en diversas ocasiones, "siempre ha tenido como objetivo ser una comunidad contemplativa para pobres".

Al respecto, el obispo ha inaugurado y bendecido este domingo, 1 de agosto, las instalaciones de la residencia ubicada en una parte de los 7.000 metros cuadrados del antiguo convento franciscano del siglo XV, cuya misión es "apoyar la encomiable labor que lleva a cabo la Pastoral Penitenciaria de la diócesis cordobesa".

Han asistido al acto diversas autoridades como la alcaldesa de Hornachuelos, María Pilar Hinojosa; el delegado de Desarrollo Sostenible de la Junta en Córdoba, Giuseppe Aloisio; y miembros de la Guardia Civil y del Parque Natural de la localidad, así como los vicarios territoriales, miembros de la Curia Diocesana y fieles colaboradores en el proyecto.

Comienza a funcionar ya de la mano de tres religiosas hospitalarias de Jesús Nazareno y el director de Pastoral Penitenciaria, José Antonio Rojas Moriana, quienes acompañarán cada día a los residentes que podrán formarse profesionalmente como agricultores y apicultores. Asimismo, está previsto programar talleres de albañilería, fontanería y electricidad.

Rojas Moriana ha destacado que las personas a las que van a atender tienen "mucha dificultad de convivencia y de adaptación a la sociedad", por lo que espera que "la gente allí se sienta a gusto, bien acogida y puedan sacar lo mejor de ellos mismos, que se sientan valorados y saquen lo mejor de su interior".

El objetivo de este nuevo centro de atención diocesano es "promover la reinserción social de las personas que salen de prisión sin contar con referentes afectivos y con pocas posibilidades de encontrar trabajo para conseguir la integración plena". Esta residencia quiere ser "una casa de familia donde la gente se sienta acogida y pueda reinsertarse a través de talleres que le permitan encontrar trabajo", ha resaltado.

No hay plazo de estancia

Una de las características de la residencia es que no hay plazos de estancia, sino que se aplicará el tiempo necesario para la reinserción social y la rehabilitación personal, dado que las personas que habitarán el lugar son "personas muy deterioradas por las circunstancias que han vivido".

Para construir el puente que conecte a los residentes con la realidad laboral y social tras su salida en prisión, el centro contará con dos monitores y otros profesionales para la integración y la capacitación profesional que acumulan muchas experiencias como trabajadores sociales de Cáritas Diocesana de Córdoba, entidad que aporta el servicio de psicólogos y educadores. Ahora serán dos los primeros residentes de este nuevo centro.

El inmueble consta de planta baja dedicada a zonas comunes -comedor, despensa, comedor, baño y despacho-, más una primera planta donde está situada la Capilla San Rafael y algunas de las siete habitaciones que se completan en una segunda planta, dedicada únicamente a dormitorios.

La tercera planta cuenta con un aula de naturaleza, dado que el paraje del Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos permite la observación del enclave medioambiental y permitirá el desarrollo de actividades de grupo. En la planta superior se sitúa la terraza con un impresionante mirador.