El 13 de junio del 2019 se ponía al frente del gobierno municipal de Palma del Río Esperanza Caro de la Barrera. Primera mujer en presidir el Pleno, formado por 10 concejales del PSOE, 5 del PP, 3 de IU, 2 Cambiemos Palma y un sillón para Ciudadanos. Caro de la Barrera declaraba entonces el objetivo de «hacer de Palma una ciudad con visión de futuro, políticas desde la empatía, el sentido común por la economía y la cohesión social».

¿Mantiene estos principios al cumplirse dos años de legislatura?

Nuestra línea es la tónica del consenso, la cooperación, sumar, una manera de hacer política que se ha subrayado en tiempo de pandemia.

¿Qué ha significado para la gestión municipal la crisis de la covid 19?

Se ha ralentizado, nos hemos tenido que reinventar, pero se ha significado, y vuelvo a lo de antes, la importancia de la acción común. Palma ha sido ejemplo de acción común, de toda la sociedad, desde hacer mascarillas, desinfección con tractoristas o donaciones a Solidaridad Palmeña de Alimentos. No puedo dejar de agradecer, una vez más, la labor de tantos vecinos. Lo primero fue atender a las personas, a los más vulnerables, a las residencias y la ayuda a domicilio. Se puso sobre la mesa la solidaridad. También, el esfuerzo del Instituto Municipal de Bienestar Social, incrementar el contrato de limpieza para los centros educativos, material escolar... Hay que dejar patente que cuando las cosas se ponen difíciles vamos todos a una. Así se hizo de inmediato, con el trabajo de la Junta de Portavoces.

¿Y ahora qué, está Palma posicionada para el futuro?

Hay proyectos que hacen ciudad. Sin dejar de apoyar la agroindustria, que ha mantenido el empleo en esta crisis; seguir trabajando con nuevos sectores, como las renovables, la industria cultural, la aeronáutica, el comercio, el turismo. También estrategias culturales de gran envergadura como la nueva biblioteca, la apertura del hospital, seguir acometiendo mejoras en la zona polideportiva y desarrollar el plan de movilidad, como el carril bici o los caminos escolares seguros. Es necesario crear ciudades verdes, respetuosas y protectoras del medio ambiente. Hay un proyecto muy serio de una planta de producción de energía para el sector agroalimentario en Calonge o la nueva balsa de riego Miralbueno 2.

Alcaldesa, ¿y en educación?

El IES Antonio Gala oferta un ciclo de formación de Energía Renovable, se ha trabajado mucho junto a empresas del sector para esta oferta educativa. La formación profesional ya tiene en la ciudad un claro referente en el colegio salesiano. También llega el Aula Mentor desde el Ministerio de Educación para atender a los mayores de 18 años con el objetivo de mejorar la empleabilidad, o la rehabilitación del Séneca como centro de emprendimiento, con una mirada a las nuevas tecnologías o la digitalización de la economía. Todo pensando en el empleo, pilar de la cohesión social. Desde el Ayuntamiento disponemos del plan extraordinario de empleo o el empleo social, apoyos directos o convocatorias de subvenciones al tejido productivo. Antes de la pandemia la tasa de desempleo estaba en el 10% y llegamos a registrar un pico del 15% y ahora estamos en el 13%, empieza la recuperación.

¿Cuál ha sido la inversión del Ayuntamiento en este período?

Sumamos 12 millones de euros, con fondos europeos, 6,5 millones; de la Administración central, autonómica y provincial, 4 millones y fondos propios, 1,5 millones. Los fondos europeos han significado 1,7 millones para la Edusi y 4.8 para construcción sostenible y eficiencia energética. Aquí está la climatización sostenible de colegios y equipamientos municipales. Por otro lado, el PFEA aporta 4 millones de euros, 2,5 en mano de obra.

¿Y el gasto social, tan importante en esta crisis?

Se ha movilizado un gasto en torno a 2 millones, en empleo social, el banco de alimentos local (Solidaridad Palmeña de Alimentos), mínimos vitales, ayudas escolares, mantenimiento de viviendas... Y en convocatorias de ayudas al tejido productivo ha sido un millón de euros.

¿Ha sido muy complicado gestionar este tiempo extraordinario de crisis?

Hay que entenderlo como una experiencia vital que nos ha permitido a todos reinventarnos, desde la Administración a la ciudadanía, en contacto permanente. Hemos aprendido a trabajar juntos en una crisis primero sanitaria y después económica.

¿Comprobamos en la inversión que nos ha facilitado, como suma, Europa?

Sin duda alguna, nos permite seguir posicionando a Palma del Río para el presente y el futuro. Está permitiendo que Palma se transforme, avance. Tenemos que seguir captando estos fondos, estamos en la nueva convocatoria Next Generation. También acudimos a otras administraciones, ahora estamos con el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), del Ministerio de Transición Ecológica, para una nueva envoltura del Pabellón Deportivo, haciendo compatible la construcción y la eficiencia energética.

¿Cómo va a ser el verano en Palma, teniendo en cuenta la situación sanitaria?

Desde las etiquetas seguras de Deporte y Cultura, desde el principio de la prudencia. Natación, tenis, se ha abierto la piscina de verano, también con una programación cultural para los jóvenes y los niños, sin olvidar la escuela de Verano, un calendario de actividades que nos da salud y bienestar. Y, por supuesto, seguir trabajando en el día a día con actuaciones de mejoras en los barrios, como el Mohíno o Calonge, o en el proyecto de San Francisco y mejorar en la zona industrial donde está el tejido productivo.

¿Confianza en Palma?

Más aún desde el aprendizaje de la pandemia, bajo principios de solidaridad y trabajo en común. Tengo que decir que Palma es una ciudad moderna, un lugar para atraer a personas que quieran trabajar aquí, desarrollar sus proyectos profesionales y vitales, con calidad de vida. Una ciudad que avanza por ser sostenible y por la cohesión social para que nadie se quede atrás. Tenemos que reconocer nuestras fortalezas, con el sector agroindustrial, nuestro escenario patrimonial, tanto histórico artístico como natural, nuestros valores educativos, una gran oferta que cuenta con educación para adultos o de idiomas y nuestro tejido empresarial y comercial, sin olvidar las señas de identidad como la cultura y el deporte.