Ha fallecido a los 89 años de edad el empresario del sector oleícola Sebastián Delgado Castelanotti (Santaella, 11 de agosto de 1931). Estudió en los Salesianos y posteriormente la carrera de Veterinaria, igual que su padre, que ejerció en Santaella, como él, y combinó la actividad durante cierto tiempo con la agricultura, sobre todo el aceite de oliva. Casado con Valle Palma Palma, también de Santaella, fueron padres de siete hijos. Sebastián fue un precursor del sector a nivel mundial. Fue el primer presidente de la federación de cooperativas de Andalucía. Fue protagonista en primera persona de la fusión de los movimientos cooperativos surgidos en los años 80 (FACA y Fecoaga) en una única federación, Faeca (Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias), la cual, constituida a finales de 1995, cambiaría su nombre e identidad visual corporativa por el de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía en 2014.

Fue, por tanto, el primer presidente de la actual Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, elegido como tal por su carácter conciliador y dialogante, asumiendo la difícil tarea de la transición. Afrontó el comienzo, canalizó sensibilidades, creó equipo, impulsó la organización y construyó un proyecto nuevo a partir de dos organizaciones, que si bien compartían naturaleza, habían tenido desarrollos dispares. 

Bajo su presidencia (1995 a 1999), vio la luz el primer número de la revista ‘Tierra Cooperativa’ en mayo de 1998. Precisamente, el propio Castelanotti inauguraba la publicación con las siguientes palabras: “Es un motivo de satisfacción para mí escribir esta página en la nueva revista de Faeca, materializando así un nuevo proyecto de nuestra federación, con el que se demuestra, una vez más, la consolidación de Faeca, tras el dilatado pero imprescindible proceso de fusión vivido”.

En el año 1989 puso en valor una finca en La Carlota, concretamente de olivar arbequino, creando la Asociación Andaluza de Arbequino. Asimismo, puso en marcha el sistema continuo de molienda, suponiendo un paso importante en la historia de la molturación de la aceituna, y en el año 1982 fue el primero en separar el fruto del suelo y de vuelo para lograr una mayor calidad del aceite.

En el año 1988 puso en marcha en su pueblo, Santaella, la almazara San Andrés, con la que ha cosechado importantes premios a nivel mundial, donde muele la aceituna de su propia finca y cuyo aceite, bajo la marca Castelanotti, llega actualmente a más de 14 países. Sus hijos continúan la obra iniciada por su padre. 

Hoy el mundo del aceite y el cooperativismo andaluz están de luto por su pérdida y rinde homenaje a su persona. “La federación está en deuda con Sebastián; si bien lo que hoy somos es el resultado del trabajo de muchísimas personas que creyeron en este proyecto, que siguen creyendo y que han trabajado a lo largo de los últimos veinticinco años en él, Castelanotti fue sin duda la persona clave en aquel momento, que asentó los cimientos de lo que hoy somos”, ha puesto en valor el actual presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Juan Rafael Leal Rubio.