La Virgen de Araceli ha bajado esta madrugada hasta Lucena. Un año más por sorpresa y el día de la Resurrección de Jesús. Por segundo año consecutivo y a causa de la pandemia, la Virgen de Araceli ha bajado a su pueblo de forma discreta, aunque en esta ocasión ha bajado acompañada por su camarera, Rosa Buendía Picó y el hermano mayor , Rafael Ramírez Luna, así como los miembros de mayordomía de la Real Archicofradía.

En la parroquia la esperaban el vicario episcopal de la Campiña, David Aguilera Malagón, y el vicario parroquial de San Mateo, Diego Fernando Figueroa, junto a los componentes de la Junta de Gobierno de la Archicofradía Aracelitana. Una vez allí, se ha situado a Nuestra Madre en el Altar para recibir a sus hijos al abrir las puertas de la Iglesia Mayor lucentina, que a las 9,30 horas celebraba una misa en su honor.

La Virgen de Araceli preside ya el retablo mayor de la parroquia de San Mateo para recibir a sus hijos , en su ciudad para celebrar sus Fiestas junto a su pueblo. El traslado se ha se ha desarrollado bajo el recogimiento de las velas y el leve murmullo de los rezos a María Santísima de Araceli que llegaba a la Puerta de la Mina en la madrugada, y pasaba por su casa en la calle Maquedano, hacía la plaza del Coso y calle Barahona de Soto hasta la iglesia mayor de San Mateo donde permanecerá por un tiempo aún indeterminado. En la primera misa ofrecida en San Mateo los fieles han mostrado su responsabilidad ante la Virgen de Araceli , guardando las distancias. El párroco David Aguilera ha hecho un llamamiento para que esta sea la tónica de los fieles para visitar a la Virgen y mantener la seguridad entre los devotos.