La población de Almodóvar del Río ha vivido este miércoles la jornada previa a la entrada en vigor de las restricciones a la movilidad con opiniones dispares sobre la eficacia de estas medidas. Cámaras de televisión, periodistas y fotógrafos circulaban por el pueblo para retratar el ambiente de una de las tres localidades andaluzas que sufrirán limitaciones excepcionales con el objeto de frenar la expansión del coronavirus (las otras dos son la sevillana Casariche, donde se implantaron la semana pasada, y la jienense Linares, que las tiene desde ayer), y algunos vecinos observaban el movimiento desde sus balcones, porque, según indicaron fuentes consultadas en el lugar, la población ya ha limitado sus salidas.

Coronavirus en Córdoba | Últimas noticias en directo

Elena Fernández, propietaria de la taberna Ateneo, ha asegurado que «no hay clientes, la gente no sale porque tiene miedo. No han salido ni en los días de fiesta, salen lo justo, comen y se van para casa», detalló. Consultada por el motivo del aumento de las infecciones de coronavirus registrado en la localidad, prefirió no opinar, aunque junto a ella su marido, Juan Pérez, señaló que «el foco más grande ha sido en la barriada de Los Mochos, donde se comenta que hubo una pedida de mano», y lamentó que «se ha perdido mucho dinero».

De su parte, en Autoservicio Beli su propietaria, Isabel Lorca, ha admitido que «a nosotros no nos afectan mucho las restricciones, porque la gente sigue viniendo». Mientras atendía a este periódico, reprendió a una clienta: «Angelita, no se puede entrar sin mascarilla», pero la mujer respondió que «yo estoy autorizada». Isabel explicó que «sin mascarilla y todos juntos en los bares no se arregla nada», y destacó que «echamos la culpa a la juventud, pero hay muchos adultos que también». Por esto, opinó que «a lo mejor beneficia que limiten la movilidad para que la gente se cuide un poco».

En la misma línea, Pepi Toribia, que trabaja limpiando la vía pública, ha afirmado que, a su juicio, «lo tenían que haber hecho antes, porque es demasiado ya lo que tenemos». Pepi reconoció que le preocupa que crezcan los contagios, subrayando que las limpiadoras «estamos expuestas». Como ocurre en otras ciudades, en Almodóvar las barrenderas «nos encontramos mascarillas y de todo en el suelo», ha explicado.

Junto a ella caminaba Catalina Urbano para entrar en la parroquia de la Inmaculada, invitando a este periódico a visitar el templo. Catalina, de 79 años de edad, ha detallado que cuida la iglesia desde hace medio siglo y a raíz de la pandemia de covid-19 «tenemos más limpieza». De este modo, indicó que «cada vez que se celebra la misa, cuando termina se desinfecta todo aunque vengan pocos feligreses», aclarando que cuatro hermandades y dos asociaciones están implicadas en el cuidado del templo.

Por último, Bárbara Marín, auxiliar de la farmacia Criado Naranjo, ha confirmado que «no se ve mucha gente por la calle» y comentó que «cada vez se ve menos gente en los bares, excepto los fines de semana que hay más». No obstante, reconoció que en los últimos tiempos «hemos salido mucho y ha habido muchas reuniones familiares», por lo que entiende que «todo seguirá igual» pese a la limitación de la movilidad, ya que esta hace hincapié, sobre todo, en las entradas y salidas del pueblo.