FICHA

Castillo construido en el siglo XIII en un cerro que fue cantera de piedra entre el Calcolítico y el siglo IX.

La visita

Monumento declarado Bien de Interés Cultural en 1985.

Horario

Visita libre. Abierto todos los días.

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La ubicación en la que se construyen las fortalezas no deja ninguna ventana abierta a la casualidad. Se escogen lugares elevados, por ejemplo, por la oportunidad que brindan a sus moradores de dominar visualmente las tierras que lo rodean y protegerse así de eventuales ataques. Si a eso le sumas que el sitio escogido es una cantera con piedra de excelente calidad, explotada desde el Calcolítico y con una antigüedad de más de 325 millones de años, pues miel sobre hojuelas.

La fortaleza medieval de Belmez se construyó en el siglo XIII, a partir de la conquista de la población a manos de la Corona de Castilla. Se levantó sobre un peñón cuya roca formó parte del fondo marino y que se explotó como cantera hasta el siglo IX, como demuestran los restos cerámicos y útiles de trabajo encontrados, que van desde la Prehistoria hasta la etapa califal, como explica Antonio Monterroso, profesor de la UCO e investigador en la comarca del Guadiato.

Aunque no existen evidencias constructivas de la existencia de una población andalusí en el cerro, Monterroso considera que la cantidad de restos arqueológicos de la época encontrados en la ladera hace pensar que estaba habitado cuando llegaron las tropas cristianas.

Gracias a las pruebas estratigráficas datadas por el proyecto Alto Guadiato Arqueológico-Ager Mellariensis que dirige Monterroso, se sabe que el castillo tuvo ocho fases constructivas. La primera data del siglo XIII y la última del siglo XX. Y es que la fortaleza sufrió varios episodios de ruina y de posterior reconstrucción a lo largo de su larga historia. Hasta nuestros días han llegado parte de la torre del homenaje, restos de muralla, dos torres y dos aljibes, construidos en etapas distintas. Precisamente uno de esos aljibes, el aéreo, se encuentra dentro de la torre que queda en pie. Servía para el abastecimiento de esta atalaya y se trata de «una construcción muy singular que se conserva en muy poquitos sitios».

Desde el castillo de Belmez se disfruta de unas vistas de hasta 20 kilómetros de profundidad y 40 de visión transversal. FRANCISCO GONZÁLEZ

El Castillo de Belmez, que perteneció a distintas órdenes militares, entre ellas la de Calatrava, y que en algunas épocas dependió del Cabildo y del concejo de Córdoba, sufrió un tremendo proceso de abandono y deterioro. Tanto es así que, como recuerda Monterroso, el viajero y político francés Alexandre Laborde escribió sobre esta fortaleza a principios del siglo XIX que el «antiguo castillo, establecido en la cima de esta montaña, parece más bien un refugio hecho para águilas que para hombres».

En el siglo XX han tenido lugar dos intervenciones. La primera corrió a cargo del arquitecto Félix Hernández, responsable de los proyectos de recuperación de la Mezquita y Medina Azahara. A finales de los 90 le siguió la intervención de Antonio Castro, que quedó inconclusa, por lo que aún no se han desvelado todos los secretos de esta fortaleza y del recinto que la rodea.

En cualquier caso, desde la cima del cerro, al que se accede por una subida sinuosa, las vistas dejan al desnudo todo el Valle del Guadiato y su historia, los campos por los que circularon los carros romanos que iban y venían de Córdoba a Mérida, los surcos que marcaron las tierras que se labraban hace 2000 años, el lugar fértil, de horizonte casi infinito, que desde antiguo han elegido los hombres y mujeres para escribir sus vidas.

RECOMENDACIONES

LOS DÓLMENES DE BELMEZ

Por el entorno de la localidad de Belmez se dispersan varios dólmenes que dan prueba de la existencia de asentamientos humanos en la zona desde hace miles de años. El Dolmen de las Casas de Don Pedro es uno de los numerosos monumentos funerarios de la Prehistoria que salpican estas ricas tierras mineras y agrícolas. Aunque está protegido por una estructura para evitar su deterioro, se encuentra al aire libre, por lo que se puede visitar. No muy lejos se ubican los dólmenes de la Fuente del Corcho y de Doña Rama.

EL MIRADOR VIRTUAL DE LA HISTORIA

Desde el mirador del cerro que alberga el Castillo de Belmez es posible adentrarse en la historia y sumergirse, gracias a las nuevas tecnologías, en los paisajes y el urbanismo de siglos pasados.

El grupo de investigación el Grupo HUM 882 de la UCO ha desarrollado una aplicación móvil gratuita y una web (www.uco.es/guadiatvr) pioneras en Andalucía capaces de crear un mirador virtual de la Historia del Alto Guadiato. Y allí, a través de unas gafas 3D, se recorren hasta 40 kilómetros de visión transversal y 20 de profundidad.

EL ATRACTIVO GASTRONÓMICO

El Valle del Guadiato cuenta con una honda tradición culinaria en la que las carnes de las cabañas que se crían en sus extensas dehesas ocupan un lugar destacado. Junto a las ovejas merinas, vacas y cabras conviven los cerdos ibéricos, que se alimentan de las bellotas del valle y con los que se elaboran excelentes productos. A todo ello hay que sumarles los cereales y legumbres de la zona. En la comarca del Valle del Guadiato conviven distintos tipos de restaurantes y tabernas que van de la tradición a la vanguardia.