A lo largo de los últimos días se viene produciendo en muchos lugares de la provincia una fuerte corriente de solidaridad para tratar de frenar por todos los medios el desarrollo del coronavirus, que está transformando el modo de vida en todo el mundo. Los vecinos de la comarca del Alto Guadalquivir no son ajenos a ello y muchas personas anónimas se han enfundado el mono de trabajo para, desde sus casas o fábricas, debidamente protegidas, elaborar mascarillas, batas y gorras para salvaguardar la vida de sanitarios, mayores y profesionales que están expuestos a esta pandemia. Si en la calle no hay apenas nadie, en las casas se ha pasado a la acción.

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En los ocho pueblos del Alto Guadalquivir se vienen produciendo acciones solidarias, que en una primera instancia partieron de una firma de Villa del Río, Tapizados ZEN, cuyo gerente, Manuel Caro, decidió cerrarla y utilizar las telas para elaborar estos elementos tan necesarios para frenar los efectos del covid-19 tras decretarse el estado de alarma por el Gobierno de España. Sin pensárselo, tanto él como sus hijos y algunos empleados, de manera altruista, se pusieron manos a la obra y se fueron a la sala de costura, donde no pararon de fabricar mascarillas, batas y gorras para los demás, sin coste para la sociedad.

De ahí, el grupo Costureras Solidarias Carpeñas, como el caso de las 51 que se han sumado a la iniciativa de Conchi Camacho Ribera, y que coordina el Ayuntamiento, no han parado de hacer mascarillas, y ya son más de 1.000 las que se han distribuido en esta localidad para las personas más vulnerables. Dichas mascarillas están siendo esterilizadas en las clínicas dentales de Francisco Cobos y Miguel López. Igualmente ocurre en Villa del Río, donde, además de la citada empresa, vecinos a nivel particular también están elaborando estos materiales, que luego son esterilizados en el centro médico Virgen de la Estrella. Espumacor también dona colchones.

El pánico generalizado que existe entre la sociedad, debido a los numerosos contagios que están habiendo a nivel mundial y las muertes, sobre todo de enfermos y mayores, ha desencadenado ríos de solidaridad manifestada desde diferentes vertientes.

En Villafranca también se está trabajando a destajo, como en Montoro, donde los voluntarios de Protección Civil se están volcando para la recogida y el reparto de las mismas. En Cañete de las Torres también son muchos los anónimos que se han sumado a este tipo de iniciativas.

Además, en todos estos municipios, los agricultores se han ofrecido y están poniendo su granito de arena para poner a disposición de los ayuntamientos sus tractores y fumigadoras para desinfectar las calles y espacios públicos.