María Blanco Espejo es una de los muchos españoles que en las últimas horas ha decidido regresar del Reino Unido a nuestro país, en vista de la situación que se avecina en aquel con la crisis del coronavirus coronavirusy la posibilidad de que se cerrara el espacio aéreo español.

María tiene 25 años, graduada en Análisis Económicos, se marchó hace unos meses a Inglaterra para trabajar y perfeccionar el inglés. Allí tenía pensado permanecer hasta el mes de septiembre. La noche del jueves llegó a su casa de Pozoblanco con guantes y envuelta en su bufanda para protegerse la cara ante la falta de mascarilla, como le habían recomendado. La trajo un taxi que sus padres habían enviado desde Pozoblanco para recogerla en el aeropuerto de Sevilla, donde por la tarde aterrizó su avión. Los horarios de llegada de su vuelo al aeropuerto sevillano le impidieron llegar a su casa en transporte público y las nuevas normas que impiden que vayan dos personas en el mismo vehículo imposibilitaron a su padre, que trabaja a 50 kilómetros de Sevilla y regresa todos los días a su casa, recogerla y traerla de vuelta a Pozoblanco.

«El que mi padre no pudiera recogerme en el aeropuerto y venirme con él a Pozoblanco me puso más nerviosa de lo que ya venía, porque me di cuenta de que la situación era complicada aquí, desde fuera se ve de otra manera».

María cuenta que tenía pensado regresar a Pozoblanco para las vacaciones de Semana Santa. Ella reside en Berkshire, a 75 kilómetros de Londres, «pero cuando empezaron a aumentar los casos de coronavirus en Inglaterra, donde el Gobierno no estaba poniendo medidas suficientes para frenar la enfermedad, solo a finales de la semana pasada nos empezaron a recomendar que evitáramos la zona de ocio, lavarnos las manos o mantener poco contacto con las personas, me decidí a hablar con la familia con la que convivía. Ellos comprendieron la situación, me dijeron que si me quería venir que quizás era lo mejor y de un día para otro decidí venirme, compré el vuelo y aquí estoy, aunque mi idea es que si esto mejorara pronto me volvería al mismo lugar».

La joven cuenta que en lnglaterra los ciudadanos siguen saliendo a la calle con normalidad, aunque algunos por su cuenta han empezado a tomar medidas para evitar contagiarse.

Ella ha seguido la evolución de la crisis en España viendo las noticias por internet y lo que le contaba su familia y amigos. Cuenta que al principio estaba tranquila, «mis padres al principio me dijeron que hiciese lo que yo quisiera, pero conforme fueron aumentado los casos me pidieron que me viniera». «Yo no me esperaba que fuera para tanto pero cuando declararon el estado de alarma, cerraron las fronteras terrestres y apareció la ministra diciendo a los españoles que estábamos fuera que si queríamos volver, ahora era el momento, dije: me voy. En la zona donde yo residía había muchos españoles y la mayoría se han vuelto».

Al llegar a España, cuenta que pudo observar en el aeropuerto a muchos españoles que venían de vuelta, casi todos se marchaban en taxi al no poder recogerlos los familiares, y cómo todo el mundo se movía con mucha precaución, manteniendo distancias pero alegres de estar en casa ya .

Relata que el momento de reencontrarse con la familia fue muy extraño, al no poderse abrazar ni besar después de tanto tiempo. Lo primero que hizo al llegar a casa fue seguir las pautas que le había indicado el personal sanitario que conocía, quitarse la ropa y colocarla en una bolsa y limpiar bien con lejía las maletas, zapatos, todo lo que hubiese tocado y ducharse».

La primera noche en casa la ha pasado bien, «algo rara», pero ahora ya con ganas y tranquila, concluye.