El despacho de la Alcaldía de Castro del Río tiene nuevo inquilino, Salvador Millán, del PSOE. Algo que ya no sorprende a los castreños y a las castreñas, que han visto cómo en los últimos nueve meses tres personas diferentes han estado al frente del Consistorio. Millán es el nuevo regidor, fruto de un acuerdo para turnarse en la Alcaldía que firmó parte del entonces grupo municipal del PSOE (ahora son concejales no adscritos) con el PP y con la única concejala de la agrupación Vecinos por Castro y el Llano.

Doce de la mañana. Salón de plenos del Ayuntamiento de Castro del Río. A la izquierda, la bancada de la oposición, que esta vez estaba incompleta por la ausencia de Rosario Millán. A la derecha, el equipo de Gobierno al completo a excepción de las dos concejalas que forman la Mesa de Edad. La Mesa Presidencial se encuentra en el centro. Soledad Bravo, la secretaria, a un costado. Ana Rosa Ruz, teniente de alcalde, al otro. En el centro, presidiendo, Inés Alba. La razón, simple, en una moción de censura se debe formar una mesa de edad, la cual no debe incluir ni a la persona objeto de la censura, ni al candidato o candidata a ocupar la misma.

Pero esa mesa de edad sería inédita, como también lo fue la jornada en sí. Se supone que deben formarla los concejales o concejalas de mayor y menor edad, en este caso, Rosario Millán y Salvador Millán. La primera de ellas, ausente en el pleno por no participar “en este circo en el que este tripartito tiene sumido a nuestro pueblo por repartirse unos meses en el sillón”, según un comunicado publicado en redes sociales el día anterior a la sesión. Y el segundo, simplemente no puede formar parte de ella, va a ser el nuevo alcalde.

Una vez conformada la mesa con la secretaria, y las concejalas del PP, Alba y Ruz, daba comienzo la moción de censura. Una moción que tuvo una gran afluencia de público, al igual que en todas las investiduras que se han vivido en el lugar. Amigos, familiares, militantes de los partidos que conforman el equipo de Gobierno y algún que otro trabajador del Ayuntamiento, no quisieron perderse la cita. No era una cita normal, era la primera vez que en Castro del Río se vota en Pleno una moción de censura. Alba daba comienzo a lectura de la moción, aunque las miradas se centraban en el que sería nuevo alcalde.

Una vez finalizada la lectura, Salvador Millán hizo uso de la palabra para agradecer a “la familia socialista” y a sus familiares que son “los principales sufridores de esta nueva etapa”. Especialmente emocionado Millán, cuando recordó a su padre, fallecido, que le “enseño los valores de la sencillez, esfuerzo y generosidad”. El futuro alcalde declaró que su gestión abarcaría dos vertientes: “Trabajar para todos los castreños, y gestionar los recursos con transparencia”. Millán también ha tenido palabras para el anterior Gobierno de IU, exponiendo que “nos hemos encontrado un Ayuntamiento arcaico, hecho a la medida para quienes la transparencia es una mera palabra”. El futuro primer edil también desgranó parte de sus planes de Gobierno, basados en incentivos fiscales para recuperar vivienda, mejora de comunicaciones con la autovía, caminos rurales, parques infantiles, así como un plan integral para la juventud e impulso al sector turístico mediante la creación de una mesa sectorial del turismo.

Después de Millán, tomó la palabra la alcaldesa Mª Ángeles Luque, que aseguró haber “trabajado duro durante estos meses para asentar las bases de una gestión municipal modernizada, accesible, igualitaria y alejada de decisiones partidistas”. Luque finalizó su intervención declarando que ha sido “todo un honor” ser la “primera alcaldesa de Castro del Río”, y agradeció la confianza depositada en ella por su “equipo de Gobierno” y también por “los trabajadores” del Ayuntamiento.

Llegaba el turno de la oposición. La portavoz de IU, Marisa Ruz, se mostró muy incisiva durante toda su intervención. Comenzó lamentando que en lugar de estar “celebrando actos que reconozcan los espacios de lucha y reconocimiento de las mujeres”, les han convocado para ser testigos de un “circo político” y de una “triste y patética reseña histórica”. Ruz, con un tono muy crítico, señaló que esta moción de censura es una “manera de retorcer la ley” con el fin de burlar la “voluntad popular”, recordando que IU fue la lista más votada en las pasadas elecciones. La portavoz de IU también declaró que “no entiende” cómo se puede solicitar una moción de censura “contra una persona” para “cumplir con los acuerdos adoptados por el tripartito”. Marisa Ruz finalizó su intervención indicando que el relevo en la Alcaldía “no es más que intercambio de nóminas entre gente que aseguró que no venía a vivir de la política”, y le deseó suerte al nuevo Alcalde porque “la va a necesitar, la vamos a necesitar”.

Tras las palabras de Ruz, era el momento de la votación. Justo cuando la secretaria estaba anunciando la misma, los concejales y concejalas de IU abandonaron el Pleno y no participaron en el proceso. El Gobierno se quedó solo votando la censura. El proceso fue rápido, y los sietes votos favorables a la moción convertían a Salvador Millán en nuevo alcalde de Castro del Río, el más joven de la historia, y desbancaba a Mª Ángeles Luque, que con total seguridad ocupará una tenencia de Alcaldía.

Salvador Millán prometió su cargo y, ya como alcalde, su primer discurso se basó de nuevo en los diferentes agradecimientos a sus personas más cercanas, haciendo “especial mención” a sus dos compañeros, ahora no adscritos también, Francisco García y Carmen Gómez. Millán finalizó haciendo mención a “sus raíces” que son “el campo”, y que “nunca las va a olvidar” y destacó que su mano “siempre estará tendida” para quien quiera “un pueblo mejor, un Castro del Río mejor”. La jornada finalizó con alegría entre los miembros del equipo de Gobierno y los amigos y partidarios del mismo que se dieron cita en el salón de Plenos para ser testigos de la sesión histórica.

El hecho es singular a la vez que histórico. Singular, porque no es muy común que un concejal no adscrito, que fue expulsado de su partido, se convierta en alcalde; e histórico, por la serie de acontecimientos que han ocurrido desde las elecciones celebradas en mayo, y que nunca se habían vivido en Castro del Río. Un pueblo en el que siempre había gobernado la lista más votada, y que no estaba acostumbrado a tantos vaivenes y alteraciones en los equipos de Gobierno de su Ayuntamiento.

Dejando de lado la controvertida jornada, la ley es clara en la tramitación y en la intención o motivación que persigue una moción de censura, pero posee algunas lagunas jurídicas en este caso tan particular, dado que no existe una jurisprudencia clara al respecto.

El gran problema con el que se encontró el equipo de gobierno de Castro fue la expulsión por parte del PSOE, por resolución definitiva de su Comisión ejecutiva Federal, de tres concejales del partido que habían pactado un gobierno con el PP y, por tanto, incumplido las directrices de la dirección provincial del PSOE de Córdoba, obteniendo por ello la condición de ediles no adscritos. Al ser Millán un concejal sin grupo político que tampoco encabezó ninguna candidatura, no era posible seguir el procedimiento normal para llegar a la alcaldía (dimisión de la actual alcaldesa y votación de investidura) según lo dictado el tercer párrafo el artículo 73.3 de la Ley 7/85 reguladora de Bases de Régimen Local.

Debido al obstáculo que supone este artículo, el equipo de Gobierno castreño vio en la moción de censura la única vía para seguir con el plan acordado por las personas que lo conforman. Según el documento que aportó el equipo de Gobierno cuando presentó la moción de censura en el registro de entrada del Ayuntamiento de Castro del Río, y al que ha tenido acceso Diario Córdoba, se argumenta y justificaba la presentación de la moción de censura “contra” Mª Ángeles Luque Millán debido a que “para cumplir con lo acordado, la única forma de llevar a cabo los acuerdos adoptados, es mediante la presentación de una moción de censura”.