Ars Olea se inauguró ayer tarde en Castro del Río iniciando una nueva década como referente en el sector de la artesanía y, como anunció el alcalde de la localidad, José Luis Caravaca, como «una de las ferias de artesanía más importantes a nivel provincial y regional, que apuesta por compaginar la riqueza artesanal y patrimonial con la promoción territorial y el desarrollo económico». Este año, en un intenso programa de actos, se han incorporado los depósitos de agua como zona expositiva permanente y como contenedores musicales.

El alcalde resaltó el trabajo en el municipio «con la madera de olivo, los productos gastronómicos elaborados de manera artesanal, así como el que desempeñan otros sectores artesanos de Andalucía». Una de las singularidades de este evento, que abre hasta mañana domingo, es el lugar donde se desarrolla, el barrio de la Villa, enclave histórico repleto de artesanía en estos tres días. Un aliciente que invita a acercarse a disfrutar de lesta villa cervantina en general, potenciando y promocionando el sector turístico.

El acto inaugural fue el momento para entregar los reconocimientos a los artesanos de honor en la recientemente restaurada plaza de armas de la fortaleza-castillo. Así, el galardón de Artesano de Honor ha sido para Antonio Pulido, presidente de Cajasol, del que el alcalde destacó que ha estado desde los inicios de la muestra artesanal, hace ya once años. Por motivos de viaje no pudo recoger el premio y lo hizo en su nombre Gloria Ruiz, de la Fundación Cajasol.

Otro de los reconocimientos fue para Aprosub, cuyo director, Dionisio Millán, quien demandó el empoderamiento de las personas con discapacidad. En nombre de los alumnos del centro, Francisco Romero reivindicó que son ciudadanos de pleno derecho.

Otro galardón Artesano de Honor fue para la Ciudad de Montilla, que ha estado presente desde ediciones pasadas a través de la Asociación de Artesanos Solano Salido. El premio lo recogió el alcalde, Rafael Llamas.