El marco Montilla-Moriles cuenta en la actualidad con algo más de 2.000 viticultores censados y con una superficie de viñedo que alcanza las 4.890 hectáreas inscritas en la Denominación de Origen Protegida (DOP), un tercio de ellas ubicadas en la zona de calidad superior. «A finales de la década de los setenta, Montilla-Moriles llegó a tener casi 20.000 hectáreas de viñedo y, tras el importante arranque de cepas que tuvo lugar en los años ochenta y noventa, la superficie se ha estabilizado prácticamente en la última década», reconoció ayer el delegado territorial de Agricultura, Francisco Zurera.

En la actualidad, la DOP Montilla-Moriles engloba 18 municipios. De este modo, las localidades que conforman la zona de producción son Montilla, Moriles, Doña Mencía, Montalbán, Monturque, Nueva Carteya y Puente Genil, así como parte de los términos de Aguilar de la Frontera, Baena, Cabra, Castro del Río, Espejo, Fernán-Núñez, La Rambla, Lucena, Montemayor y Santaella. La zona de crianza se completa, además, con el núcleo urbano de Córdoba capital.

«Se trata de uno de los vinos con Denominación de Origen más antiguos de España, pues su producción comenzó a estar protegida en 1933, a partir del Estatuto de la Viña y el Vino de 1932», explicó el delegado territorial de Agricultura, quien recordó que el primer reglamento del marco vitivinícola cordobés data del año 1945.

Zurera puso igualmente de relieve la «tradición histórica» que el cultivo de la uva y la elaboración de vino tienen en Córdoba, «cuyo buque insignia es la Denominación de Origen Montilla-Moriles, donde se producen algunos de los vinos más antiguos de España con esa protección». A su vez, defendió la «impronta cultural» que los vinos Montilla-Moriles aportan a la provincia.