El espíritu medieval, en recuerdo de una de las etapas más brillantes de la historia de Cabra, llenó este pasado fin de semana cada uno de los rincones del núcleo del barrio de la Villa, en el que se articuló el centro primitivo de la ciudad en torno al que fuera el castillo de los condes de Cabra, su recinto amurallado y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles.

Las fiestas de la Villa, organizadas por la asociación de vecinos San Rodrigo con la colaboración de las delegaciones municipales de Feria y Fiestas y de Turismo, comenzaron con el pregón a cargo del delegado municipal de Medio Ambiente, Juan Ramón Pérez, y la coronación de su reina y damas.

No faltaron el mercado de artesanía ni el de productos agroalimentarios con un nutrido número de tenderetes, junto a un variado programa de actividades con un campamento militar infantil y una ludoteca gigante, una serie de rondas musicales itinerantes y distintos espectáculos de baile y de calle, además de actividades de carácter circense con acrobacias y malabares.

En esta edición se recuperó la visita guiada al Castillo y hubo una representación de distintas escenas históricas que permitió plasmar algunos de los momentos más brillantes vividos en él hace seis siglos.

La representación fue organizada por la comunidad educativa escolapia del colegio San José.

En esta ocasión, bajo el lema «Construyamos ese castillo» y con la participación de más de 500 personas entre alumnado, profesores, padres y un buen número de profesionales de diversos ámbitos, se conmemoró el 600 aniversario de la construcción de un castillo en el paraje llamado Doña Mencía, «a poco más de cuatro leguas de la villa de Cabra», que en aquella época estaba habitada por musulmanes, judíos y cristianos, según el mariscal de Castilla, Diego Fernández de Córdoba, por orden del rey Juan II de Castilla. La conmemoración contó con la presencia de la alcaldesa de Doña Mencía, Juana Baena, invitada a las actividades por la comunidad educativa escolapia.