Aunque el cauce del arroyo Parrilla, afluente del río Guadiato que se desbordó el sábado en La Granjuela, bajó mucho ayer, el alcalde de esta localidad, Maximiano Izquierdo, informó de que durante toda la jornada estuvieron «vigilando y mirando hacia el cielo» ante el riesgo de nuevas inundaciones. El responsable de este municipio cordobés explicó que el sábado se dedicó a atender a los vecinos, pero que ayer estuvieron «evaluando daños, como los que se han producido en la piscina y en los caminos municipales», ya que, en una primera estimación, parecen ser muy importantes. Todas las carreteras de acceso a La Granjuela permanecieron abiertas ayer, tras las lluvias del sábado, que dejaron alrededor de 60 litros por metro cuadrado en solo una hora y media.

La situación que han vivido este fin de semana los habitantes de La Granjuela vuelve a repetirse «cada 6 u 8 años». La última vez fue «el día 8 de diciembre del 2010», recuerda el alcalde, quien insiste en que el motivo del desbordamiento, además de la intensa lluvia, es que «en los cauces de los arroyos no se hace nada desde 2010 y de eso tiene conocimiento la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir», apuntó. «Son lugares que deberían estar limpios de vegetación, dragados adecuadamente y mantenidos», añadió. Por ello, Izquierdo solicitó «el ensanche y profundidad del cauce del arroyo Parrilla», así como «que la Confederación se ponga en el lugar de las personas que viven aquí, principalmente en el de las que lo hacen en la parte más afectada».

El regidor informó de que hoy servicios de la Junta de Andalucía, Diputación y el parque comarcal de bomberos «retirarán lo que quede en la carretera» y, además, se celebrará una reunión con representantes de estas administraciones. Izquierdo expresó su deseo de que «alguna persona de la Confederación, del Gobierno central o de la Subdelegación se pusieran en contacto con nosotros, ya que ni siquiera lo han hecho por humanidad», lamentó.