La sensación de inseguridad ha vuelto al campo lucentino tras los últimos robos, en los que han sido interceptados unas 20 toneladas de aceituna por parte del servicio de vigilancia privada. Los guardas de dicho servicio sorprendieron en una finca a una quincena de personas que se encontraban robando las aceitunas sobre la una de la madrugada. En uno de estos robos, los ladrones emprendieron rápidamente la huída y dejaron en ella todo el fruto envasado en sacos, que de esta forma ha podido ser recuperado por los dueños del olivar. Según informa el presidente de la Cooperativa Nuestra Señora de Araceli y también presidente de la D.O. de Aceites de Lucena, Antonio Cañete, hasta ahora los robos detectados han sido de pequeña cuantía.

La vigilancia privada contratada al efecto cuenta con un presupuesto de 50.000 euros, de los que 12.000 son aportados por el Ayuntamiento de Lucena. Dicha guardería también está prestando sus servicios en el término municipal de Monturque y se lleva a cabo por una empresa de la localidad sevillana de Estepa. Cabe destacar así mismo el trabajo de la guardería rural y de la Guardia Civil con sus equipos Roca, apoyados con una unidad a caballo y la colaboración del resto de fuerzas de seguridad.

Según los olivareros, hay dos circunstancias que pueden estar influyendo en el repunte de los robos en la zona. Una de ellas es el alto precio que está alcanzando este año la aceituna. Otro factor es que se está terminando prácticamente la recolección de la aceituna en la provincia de Sevilla, donde podría estar a punto de estar autorizada la rebusca. Los olivareros temen que si se da luz verde a la misma se incrementarán los robos en la zona de Jauja, cuyas fincas son colindantes con poblaciones sevillanas como Badolatosa. Por ello se pide que se incremente la vigilancia, y algunos de los propietarios están acudiendo cada noche a sus olivares para intentar impedir que se produzcan robos.