La Unión de Pequeños Agricultores y Ganadero de Córdoba quiere recordar las trabas que los jóvenes sufren a la hora de trabajar y vivir en el medio rural. "El alto envejecimiento de la agricultura y la ganadería, sectores estratégicos en nuestra provincia, es un peligro para el futuro económico de Córdoba", afirma Miguel Cobos, secretario general de UPA en Córdoba, quien dice que "para revertir esta situación es necesario tomar medidas".

El alarmante envejecimiento de la población activa del campo es uno de los problemas estructurales de la agricultura y la ganadería cordobesa. "Se trata de un problema vital", advierte Cobos, "no solo porque condiciona la eficacia económica de las explotaciones, su capacidad de innovar, competir y adaptarse, sino también porque determina el relevo generacional y el futuro de estos dos sectores estratégicos para nuestra provincia".

La actividad agraria es un trabajo prácticamente vetado a los jóvenes en Córdoba. "Es casi imposible que un joven se convierta en ganadero o agricultor si no viene de una familia con una explotación ya establecida". Incluso para aquellos con familias que trabajan el campo existen muchas trabas que impiden que sigan con el negocio familiar y acaban abandonando el campo. Las más problemáticas son el alto precio de la tierra, la rigidez del mercado, la escasez de arrendamientos y el enorme capital necesario para emprender estas actividades.

Además de estas barreras, los jóvenes tienen otras que afectan a toda la comunidad, como son el acceso a servicios, infraestructuras y derechos. Son básicos para los ciudadanos de las urbes, pero el acceso es cada vez más complicado para la gente del medio rural. UPA-Córdoba señala que los ejemplos más alarmantes son "la merma de instalaciones sanitarias y educativas, la deficiente oferta de medios de transporte y el menor acceso a las comunicaciones". Sin embargo, estas causas son "reversibles si las autoridades se ponen ya manos a la obra". Es necesario remediar estos problemas y fortalecer a la juventud del medio rural, con medidas como: Apoyo más contundente a la incorporación de los jóvenes. Una política activa de apoyo a la incorporación tiene que enmarcarse en distintos aspectos como las ayudas directas, préstamos a bajo interés, exenciones de impuestos de transmisión y sucesión, flexibilidad de avales.

Plan de acceso a la tierra para jóvenes. Dado el encarecimiento especulativo del mercado de la tierra, es preciso y urgente elaborar medidas dirigidas a favorecer la oferta y arrendamiento de tierras, así como la venta de las mismas.

Mayor facilidad en la transmisión de explotaciones. Se debe facilitar la transmisión de explotaciones, especialmente en los casos de cese anticipado de la actividad agraria, eliminando obstáculos de tipo restrictivo que impidan o dificulten el acceso a la titularidad de las explotaciones.

Creación de organismos de transmisión de tierras. No se puede concebir un programa de jubilación anticipada sin la constitución de organismos de transmisión de tierras que actúen haciéndose cargo de las tierras en arrendamiento o transmitidas en propiedad, con el objeto de transmitirlas posteriormente según las siguientes prioridades: agricultores jóvenes, ampliación de superficie en pequeñas explotaciones y conservación del medio rural.

Exención de los gastos de transmisión de tierras a las pequeñas explotaciones (gastos de notaría, registro de propiedad, impuesto de transmisiones, etc.). Asimismo, se deben facilitar ayudas en forma de subvenciones y/o créditos para los pequeños y medianos agricultores que compren tierras a los agricultores que se acojan al programa y puedan así aumentar la dimensión de sus explotaciones.

Mejora del entorno rural. No podemos consentir la existencia de ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Las personas que habitan el rural cordobés tienen que tener los mismos derechos, servicios y oportunidades que aquellos que viven en las ciudades. Por tanto, es necesario mejorar las infraestructuras y los servicios en el campo para que sus habitantes tengan un acceso real a la sanidad, a la educación.

Facilitar el acceso a la jubilación anticipada. Un programa de jubilación anticipada debe ser fácilmente accesible, tanto para los agricultores que desean cesar en su actividad, como para aquellos a los que se traspasan las tierras.

Desarrollar políticas que fomenten el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación dentro del medio rural. Esto no sólo para modernizar nuestra producción, también para romper la brecha digital que se produce entre la ciudad y los pueblos y que así los habitantes de ambos tengan el mismo acceso a la libertad de información y de expresión.

Prioridad hacia los agricultores jóvenes. Cualquier medida que pretenda establecer diferencias o criterios de prioridad entre explotaciones agrarias tiene que tener como elemento diferenciador, desde un punto de vista positivo, a las explotaciones cuyos titulares sean agricultores jóvenes.

Fortalecimiento de los programas formativos y del asociacionismo juvenil. Tanto la formación de los agricultores y ganaderos jóvenes como el asociacionismo de los mismos constituye una de las bazas fundamentales para lograr una agricultura moderna y competitiva. Por ello, es preciso que la Administración apoye con más decisión estos programas de formación.